sábado, 21 de septiembre de 2013

Lo más grande


La abuelita es muy vieja. Arrugas en su piel, tristeza en su alma. Sus ojos ya no brillan, porque le pesan las ausencias. Te acuerdas cuando te contaba cuentos maravillosos. Te paseaba por el parque. Suspiraba al verte jugando, vestidita de muñeca de mamá. La abuelita velaba tus pasitos de niña traviesa.  Vivía mucho antes que papá y mamá. Te cuido cuando ellos no estaban.
Mecía tu siesta. Te contaba cuentos en el desayuno y en la merienda. Corría a tu encuentro. Curaba tus heriditas y, atormentada, corría un día al cuarto de socorro cuando  te cortaste con un cristal.
La abuelita, comprimida y seca, no se olvida.  Mira ese pasado con nostalgia y le asoman lágrimas a los ojos. ¿No lo sabes? Cada vez que las lágrimas de la abuelita caen, nuestro corazón se desangra.
Ahora que eres una bella muchacha elegante y bien situada; deberías acordarte de su sacrificio.  Por ti, por mí, por tantos. La abuelita sigue siendo nuestro amparo. 
Cuando ya no podamos visitarla porque, cansada y sola, se nos vaya; solo nos quedará su recuerdo y algo de culpa por nuestra ingratitud. Ello nos dio todo, nosotros nada.
Los ruiseñores lo saben. Por eso nos cantan: ve y dale un beso, ve a consolarla.


De todos


 
 
 
 
 
 
 
 
 
El profesor de "Introducción al Derecho" entró en clase. Preguntó el nombre de un estudiante que estaba sentado en la primera fila: - Mi nombre es Nelson, Señor. - ¡Fuera de mi clase y no vuelva nunca más! - Gritó el maestro desagradable. Nelson recogió sus cosas y salió de la habitación.

Todos estaban asustados e indignados, pero nadie habló. - ¿Para qué sirven las leyes? Preguntó el maestro - los estudiantes seguían asustados, pero poco a poco empezaron a responder a su pregunta: - Para tener un orden en nuestra sociedad. - ¡No!  - Para cumplirlas. - ¡No! - Para que las personas equivocadas paguen por sus acciones. - ¡No!

- ¿Alguien sabe la respuesta a esta pregunta? - Para que se haga justicia - una muchacha habló con timidez. - ¡Por fin! Es decir, por la justicia. Y ahora, ¿qué es la justicia? - Salvaguardar los derechos humanos...

- Bien, ¿qué más? - Preguntó el maestro. - Para diferenciar el bien del mal, para recompensar a aquellos que hacen el bien... - Ok, no está mal, pero respondan a esta pregunta: ¿Actué correctamente al expulsar a Nelson del aula? Todos estaban en silencio, nadie respondió. - Quiero una respuesta por unanimidad. - ¡No! - Todos contestaron con una sola voz.

- ¿Se podría decir que he cometido una injusticia? - ¡Sí! - ¿Y por qué nadie hizo nada al respecto? Para que queremos leyes y reglas, si no tenemos la voluntad necesaria para practicarlas. Cada uno de ustedes tiene la obligación de hablar cuando es testigo de una injusticia. Todos. ¡No vuelvan a estar en silencio, nunca más! Vayan a buscar a Nelson - dijo. Después de todo, él es el maestro, yo soy un estudiante de otro período.

Aprendan: Cuando no defendemos nuestros derechos, se pierde la dignidad y la dignidad no puede ser negociada.

Experiencias de don Jesús Adrián Eula Fajardo. Profesor en la Escuela Nacional de Policía de Montevideo

martes, 17 de septiembre de 2013

Amar


Las definiciones filosóficas del arte, coinciden en reconocer que el arte consiste en poder realizar libre y hábilmente las ideas del espíritu.

El arte abraza por completo la vida. Alcanza el interior de nuestro espíritu o regula su manifestación exterior.

Todo hombre, por mucho interés egoísta que albergue, siempre aspira a que el bien se produzca. La vida entera es una obra artística.

Los hombres, desorientados, perdemos nuestro dominio y nos arrastra el flujo y reflujo de nuestras contradicciones,

El arte es la libertad, discreción, mesura, firmeza y flexibilidad (a la vez) de nuestra conducta en todas las relaciones con los demás y el entorno.

Cuando todos los seres humanos sepamos lo que es el arte, dejará de haber artistas. Tan solo quedará una inmensidad de actos de amor al prójimo y a nuestro entorno natural.

Interpreto y actualizo a don Francisco Giner de los Ríos (filósofo, pedagogo y ensayista español. Fundador y director de la Institución Libre de Enseñanza.)

Giner tenía muy claro que debía excluirse «la enseñanza confesional o dogmática»,  de las escuelas. Y formar individuos capaces de emanciparse de la tutela sectaria de los dogmas.

 Y es que no puede haber tolerancia sin respeto a las opiniones ajenas, por más que puedan chocar frontalmente con nuestras convicciones más íntimas y arraigadas.
 

domingo, 1 de septiembre de 2013

Amistad: ¿concepto abstracto?




Las personas en distintos momentos de la vida se decepcionan con los amigos. Pensamos que las personas a nuestro lado están por conveniencia. Nos negamos a creer esto. En algún sitio siempre hay alguien capaz de alejar la conveniencia de su mente, y fue nuestro amigo.

Al mantener en nuestra mente las cosas malas de nuestra relación con los demás, negamos la amistad.  Al seguir adelante con lo bueno de los demás, tarde o temprano, resurge aquel afecto. Cual Ave Fénix, se consume y  desvanece por acción natural, para luego resurgir de sus cenizas. ¿Puede ser una prueba de que existe la amistad?

Desde luego, “uno mismo” es el único que está con nosotros cuando todos se van.  Uno mismo, sin siquiera tener que llamarlo, va alimentándose de experiencias, podríamos decir, de la sabiduría o torpeza necesarias para afirmar o negar su necesidad de amistad.

Como el Fénix compite durante su existencia con lo “universal”. Y vence o derrota, en el curso del tiempo,  el renacer de sus miedos. Nunca se apaga su “hambre” o necesidad de amistad.  Según nuestras etapas en la vida vamos encontrando personas con inquietudes comunes. ¿Pudiera ser la amistad algo abstracto, una cualidad que se considera sin tener en cuenta el sujeto en que se concreta?

Gracias a todos los que en algún momento han sido mis amigos. Pido disculpas por no ser el amigo que esperaban. Solo me queda seguir aprendiendo para no equivocarme demasiado. Seguir creyendo en que hay gente buena en el mundo que quiere ser mi amigo,

“Hamete* que pocas veces vio a Sancho Panza sin ver al rucio, ni al rucio sin ver a Sancho: tal era la amistad y buena fe que entre los dos se guardaban. Miguel de Cervantes Saavedra, Don Quijote de la Mancha

Cide Hamete Benengeli es un personaje ficticio, un supuesto historiador musulmán creado por Miguel de Cervantes en su novela Don Quijote de la Mancha. Cervantes dice que fue este cide y no él, quien escribió gran parte del Quijote (desde el capítulo IX en adelante).

domingo, 11 de agosto de 2013

!Bah! de cuernos.


La infidelidad no  necesita “papeles”. Tan solo un compromiso. Una palabra a la que faltar. ¿Qué es un compromiso? ¿Salir con alguien? ¿Vivir con los demás? ¿Contigo mismo? Cuando sales con alguien… ¿Puedes “hablar con otr@s”? Si no sales con nadie… ¿Puedes ser fiel a ti mismo?

Concretemos un poco y dejemos la amplitud del tema a la reflexión de cada uno. En el matrimonio o en la pareja hay un compromiso de ¿qué?  No está escrito en ningún sitio que sólo puedas salir con ese alguien. Aunque puede parecer que juegas a dos bandas, porque no está bien visto en nuestra sociedad.

¿Tiene nuestra cultura la legitimidad suficiente para decidir sobre lo que está “bien” o  “mal”? O, tal vez, tan solo quiera nuestra sumisión a “su verdad”, la verdad del verdugo (que decide nuestra existencia). Bobadas. Piénsalo por ti mismo.

¿Qué prefieres? Una pareja totalmente fiel porque nunca estuvo físicamente con alguien, pero suspira cada vez se cruza un varón o hembra. U otra que, habiendo tenido un desliz, sólo piensa en ti.

Los “cuernos” son relativos. Hay mil cosas que podrían ser o no ser cuernos, dependiendo del punto de vista de cada persona. Según la definición del diccionario, si no hay matrimonio, no hay cuernos. Por lo tanto, siempre que no estés casado puedes hacer lo que te dé la gana. ¿Qué opinas?

¿Es o no para reírse? Por mucha pareja, empapelada o no, que tengamos, las personas tenemos ojos en la cara. Nuestras fantasías nunca impedirán mirar a otros tíos o a otras tías por el simple hecho de estar “casado” con alguien. Y la “misma fantasía” de dos personas puede llegar mucho más lejos.

¿A partir de qué momento empezamos a considerar que estamos o nos están poniendo los cuernos? Porque hay quien piensa que el simple hecho de pensar en otra persona ya es “como si le estuviera poniendo los cuernos”.

Cuando vivía en pareja o, ahora que vivo solo, ¿me ponía/me pongo los cuernos?: antes por mirar/pensar en  Sharon Stone y, ahora, porque pienso más en los demás que en mí.

¿Un beso son cuernos? ¿Un beso inocente? ¿Un buen morreo? Pues, dicen que no hay cuernos si no hay sexo de por medio. Total que cuando vivía en pareja… ¿mis masturbaciones implicaban algo? Y ahora que vivo solo, con amantes en Elche, Valencia, Cádiz, Castellón, Almenara, Ribarroja, Alicante, Castro Urdiales o Bilbao, ¿a quién he puesto los cuernos?

Sin ánimo de genialidad, más bien de comicidad, elaboremos “La Teoría de la relatividad de los cuernos”.  NO serán cuernos: si “practicamos” a distancia. La “distancia” nos pone los cuernos a todos.
 

 

Vértigo


 
 
«Huid de escenarios, púlpitos, plataformas y pedestales. Nunca perdáis contacto con el suelo; porque solo así tendréis una idea aproximada de vuestra estatura» A. Machado.

«Tener los pies en el suelo» o comprobar si vivimos en la misma onda que los demás es una tarea difícil. Tal vez por eso, la damos por supuesta. Cuando olvidamos nuestros orígenes o nuestros actos nos adentramos en posiciones alejadas de “nosotros mismos”. El ser auténtico es honrado y fiel a sus convicciones; se comporta “sin deuda con nadie”.

La franqueza o sinceridad es un valor aplicable al reconocimiento de uno mismo o al trato con los demás, antónimo de doblez o hipocresía. El “auténtico” o el “sincero”, aunque parecen iguales, difieren: «Quien es auténtico, asume la responsabilidad por ser lo que es y se reconoce libre de ser lo que es» (Sartre). Confiando en la gente a pecho descubierto, la autenticidad impermeabiliza la autoestima y es  ajena a las traiciones y a la insinceridad.

Sin más luz que las palabras de los demás, andamos a oscuras entre los pozos opacos de las otras mentes, abrumados por la cercanía o la lejanía de ellos.  Comportarse legítimamente y auténtica no tiene la necesidad de comprobar qué piensan los demás, basta con los encuentros espontáneos para alimentar su curiosidad.

El idealista no teme al vértigo de “ser auténtico”. Es libre y su seguridad le permite comportarse y expresarse con  solidez,  minimizando la susceptibilidad…  «El valor de una idea no tiene nada que ver con la sinceridad del hombre que la expresa»…  (Oscar Wilde).

¿Hay o no un abismo entre autenticidad y sinceridad?  

«Quien nada oculta, nada teme; quien nada teme, nada tiene que ocultar».

 

 


«Huid de escenarios, púlpitos, plataformas y pedestales. Nunca perdáis contacto con el suelo; porque solo así tendréis una idea aproximada de vuestra estatura» A. Machado.
«Tener los pies en el suelo» o comprobar si vivimos en la misma onda que los demás es una tarea difícil. Tal vez por eso, la damos por supuesta. Cuando olvidamos nuestros orígenes o nuestros actos nos adentramos en posiciones alejadas de “nosotros mismos”. El ser auténtico es honrado y fiel a sus convicciones; se comporta “sin deuda con nadie”.
La franqueza o sinceridad es un valor aplicable al reconocimiento de uno mismo o al trato con los demás, antónimo de doblez o hipocresía. El “auténtico” o el “sincero”, aunque parecen iguales, difieren: «Quien es auténtico, asume la responsabilidad por ser lo que es y se reconoce libre de ser lo que es» (Sartre). Confiando en la gente a pecho descubierto, la autenticidad impermeabiliza la autoestima y es  ajena a las traiciones y a la insinceridad.
Sin más luz que las palabras de los demás, andamos a oscuras entre los pozos opacos de las otras mentes, abrumados por la cercanía o la lejanía de ellos.  Comportarse legítimamente y auténtica no tiene la necesidad de comprobar qué piensan los demás, basta con los encuentros espontáneos para alimentar su curiosidad.
El idealista no teme al vértigo de “ser auténtico”. Es libre y su seguridad le permite comportarse y expresarse con  solidez,  minimizando la susceptibilidad…  «El valor de una idea no tiene nada que ver con la sinceridad del hombre que la expresa»…  (Oscar Wilde).
¿Hay o no un abismo entre autenticidad y sinceridad?  
«Quien nada oculta, nada teme; quien nada teme, nada tiene que ocultar».
 
 


domingo, 28 de julio de 2013

Mirinda. Ley de atracción universal


 
 
 
 
 
…la ley de la Gravitación Universal predice la fuerza ejercida entre dos cuerpos...

Isaac Newton en Philosophiae Naturalis Principia Mathematica

 

Alma a quien todo un Dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
médulas que han gloriosamente ardido,
su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, más tendrá sentido;
polvo serán, más polvo enamorado.

Francisco de Quevedo

1.       Mi primer novio: Santi

Vivo con mis padres en un pueblo pequeño. Mi padre siempre nos cantaba cómo, después de la guerra oía en pesadillas aquella canción de Víctor Manuel…

“Vivo en mi pueblo pequeño,

la fe, la alegría, la paz del hogar hay una niña morena

que tras el trabajo me llena de paz,

hay una ermita en el monte

que todas las tardes escucho cantar

y aquel arroyo tan claro que riega los campos que son nuestro pan.

 

Era la tarde un suspiro

y aquellos soldados llegaron acá, quietos los niños y viejos,

la gente más joven tendrá que luchar,

tiembla el fusil en mi mano,

cerrando los ojos disparo al azar

bala perdida que mata a cualquier

inocente con ansia de paz.

 

¿Por quién lucho yo si en mi corta vida

no existe rencor?

¿por quién lucho yo

que vivo la vida con fe y con amor?

juan, debes de callar,

esto es una guerra no lo has de olvidar

juan, trata de olvidar

a aquella muchacha, la paz del hogar.

 

Llegan los años de cárcel,

yo soy un cobarde no quiero matar,

dicen que nuestros soldados

ganaron la guerra, renace la paz,

vuelvo a mi pueblo pequeño,

la gente sonríe y murmura al pasar,

mira aquel joven cobarde

que vuelve la espalda en vez de luchar.

 

Dejo con pena las cosas

que fui levantando, y solo sin más,

vivo aquí arriba en el monte

soñando que un día pueda regresar”.

---------------p

Cerca del pueblo hay un bosque, donde se ve un lago y una barca, los  árboles son muy altos y frondosos. También la hierba es abundante, y verde. Al fondo hay mucha niebla, pero, se pueden ver claramente una serie de montañas. El ambiente no es muy cálido, aunque tampoco es frío, porque el cielo no está muy tapado de nubes, aunque hay unas pocas.

No hay ruido porque tampoco hay ni coches, ni gente, claro, solo se oyen los pájaros y el ruido de las ramas de los árboles cuando chocan a causa del viento, que hacen que se esté tranquilo. Es un sitio muy agradable de ir y de ver, sobre todo a los que les gusta mucho ir al campo.

Las nubes son como algodones de azúcar, se extienden entre el cielo, y parece que sean compactas. El sol se pone, y se esconde entre esas nubes tan esponjosas. El viento, cálido y suave, mueve las hojas de esas palmeras tan altas. El mar está muy tranquilo, tanto que parece una piscina. Por el lateral derecho se asoman unas hojas de palmera, a parte de las dos que hay por delante. Y por el lateral izquierdo, hay una palmera solitaria y  que parece pequeña que. El paisaje es del anochecer, con un color rojizo y cálido.

A lo lejos se adivina otro golfo rocoso, con abundantes zonas verdes herbáceas. El mar parece tranquilo pero se percibe el caos al chocar las olas sobre las rocas; la hierba se entremezcla con las rocas enfrente mío, sin distinguirse en algunas zonas; el cielo gris luna resulta desalentador y da un aire melancólico, como recordando un pasado ya olvidado.

Se ve la niebla, mística, incierta, ocultando sus secretos; niebla que inspira a la imaginación con un mundo de fantasía más propio de las leyendas del rey Arturo que de las tierras españolas; nieblas confusas, de una belleza casi indescriptible; incierto es el futuro al verlas. Pero poco importa entonces, mientras se contempla un paisaje del norte; bello y misterioso, calmado con el ruido del oleaje. Cuando la agitación precede a la calma, impulsando a esta, el tiempo pierde su valor observando ese paisaje desgarrador si se tiene que abandonar.

A lo lejos se ve mi pueblo en la inmensidad, tan en lontananza que parece que formara parte del paisaje natural, sin distinguirse la forma. Cerca de allí hay otro bosque, verde oscuro, uno más de los verdes que en este paisaje gallego se pueden apreciar. Se aprecian elevaciones más hacia el interior, perdiéndose en la inmensidad, cuya búsqueda se encuentra más allá; que por mucho que se quiera no se puede alcanzar.

En el suelo observo los arbustos de vivos colores. A lo lejos se escucha el sonido de los barcos, que navegan en la profundidad, posándose sobre las olas como  patinetes al que se les acaba de impulsar. Me fijo en uno de ellos al que reconozco. Es un barco medieval.  Es un barco de “oro”.  En México-Tenochtitlan existían grandes pirámides de oro, todos los ciudadanos convivían en armonía. Sobre el barco habían construido un gran castillo de oro, a pesar de lo cual este barco flotaba.

Veo las rocas; son picudas como agujas, desgarradas por el tiempo y la fuerza de los elementos, por un tiempo que nadie puede recordar; rocas multicolor, grises, marrones, rojizas, negras, rocas separadas por el mar. Converge entre las rocas hierbas, arbustos e incluso margaritas. Un camino de tierra me permite acceder al lugar más inaccesible del cabo; yendo a pie, no en helicóptero o avión. Un pasillo que cruza una roca por ambos lados es el único camino; tan estrecho que prácticamente hay que pasar de lado para no caer al agua o mucho peor a las rocas.

La tierra se corta, tras eso, en un tumulto de rocas. Mientras me vuelvo observo las hierbas secas, fruto del verano, y dejo de ver los surcos que hacen las olas al chocar con los islotes, y como el agua pasa a ser de azul cian y espuma al chocar con las rocas. Viendo tal belleza y majestuosidad se desea intentar llegar hasta el final, hasta la última roca, tan al norte de España que más allá no hay nada más; España se acaba y sólo queda la mar.

Miro de nuevo el golfo e intuyo la silueta del otro golfo, oculto entre la neblina, casi inexistente, y cerca de allí un islote; neblinoso, aislado y enigmático. Viendo esto se desea poder volar e ir a esos lugares que parecen tan cercanos y que sin embargo no están al alcance.

Asciendo el camino, unas escaleras, paso al lado de un edificio, sigo ascendiendo torpemente, entristecido por dejar ese hermoso lugar, veo un faro, pequeño, poco alto. La torre mide unos diez metros; el edificio rectangular de debajo no lo sé. La torre del faro es blanca como la nieve; se observa el foco de este, protegido en una red de hierro, curva, circular, ovalada, hierro pintado de negro, que induce a la fealdad; clásico y habitual que no habría de importar, inaccesible.

Mientras voy camino del coche junto con mis padres y mi hermano siempre escucho los pasos de otros visitantes del lugar, voces que parecen contrastar con el aparente silencio de los animales de la zona. Dejo un lugar que deseo recordar y algún día regresaré; que me dio mucho pero que me quito algo de mí misma que deseo recuperar.   

Mi habitación es pequeña, con alfombrado gris claro. Las paredes están empapeladas con personajes de Disney. Contra una pared, una cuna blanca con barrotes altos, de los mismos cuelga un móvil con pelotas de colores. En un sillón, al lado de la cuna, un oso de peluche enorme junto a otros más pequeños. Del otro lado de la cuna, una mesa de luz con una lámpara giratoria que proyecta caricaturas. Del otro lado de la habitación, una tele y una videocasete con muchos videos para chicos y otro grupo de videos de ecografías. La habitación tiene olor a humedad y encierro, una capa de polvo fino recubre todos los elementos en ella. En un rincón hay cajas con etiquetas que dicen “ropa de invierno”, “regalos para Mirinda”, “cocina”, “fotos”, etcétera. Dentro de la cuna hay regalos sin abrir. El silencio es absoluto y las rendijas de la persiana dejan pasar los rayos del sol que permiten ver las partículas sostenidas en el aire, inmóviles. En medio de la pieza hay una silla apuntando a la tv. Al lado de ésta, una botella de vino vacía y una copa rota en el piso que ha manchado el piso de un rojo intenso pero ya seco.

Una manada de lobos en lo alto de una montaña recubierta de nieve y rocas sobresalientes. Parecen que están para cazar a su presa pendiente a todo lo que se mueve. Al fondo se ve una gran montaña con mucha nieve y rocas. Está amaneciendo y parece que se acabado el tiempo de las nevadas.

Contaba mi abuelo que hace tiempo el  bosque estaba formado por muchos árboles, plantas, animales etc... Pero ahora el ser humano lo destruyó y se convirtió en campo de agricultura. Es un terreno muy seco y no hay mucha agua para regarlo. A pesar de todo, es un paisaje muy bonito, tiene muchos árboles y además tiene un río lleno de piedras y mucho musgo. Es un bosque donde hay cervatillos y más animales. Y se alberga una laguna porque el agua va muy rápido. Y a lo lejos el río baja formando una cascada.

Es un paisaje donde viven personas. Hay muchos edificios que han sido construidos por la acción humana. Hay muchas tiendas de comercios y mercados para las personas que viven en ellas.

Mis primeras reflexiones juveniles

Desde que salimos del vientre de nuestra madre vivimos una tragedia más o menos dulcificada en algunos momentos. Nuestras acciones esforzadas o de baja calidad, ejecutadas por nuestra virtud o por nuestro vicio son tensiones de dos fuerzas contrarias. Ambas generan unidad de acción. Ambas participan en una “trama unificada”, con planteamiento, nudo y desenlace independientes a la vez que conexos. 

Me llamo Mirinda y mi único dios es Eros. Responsable, en la Grecia antigua, de la atracción sexual, el amor y el sexo, venerado también como un dios de la fertilidad. En algunos mitos era hijo de Afrodita y Ares, pero según El banquete de Platón fue concebido por Poros (la abundancia) y Penia (la pobreza) en el cumpleaños de Afrodita. Esto explicaba los diferentes aspectos del amor.

A veces era llamado, como Dioniso, Eleuterio (Ἐλευθερεύς), ‘el libertador’. Su equivalente romano era Cupido (‘deseo’), también conocido como Amorpatrón del amor entre hombres, mientras Afrodita presidía sobre el amor de los hombres por las mujeres.

Eros presidía las palestras, uno de los principales lugares de reunión de los hombres con sus amados, y a él hacían sacrificios los espartanos antes de la batalla. Meleagro recoge este papel en un poema conservado en la Antología Palatina: «La reina Cipria, una mujer, aviva el fuego que enloquece a los hombres por las mujeres, pero el propio Eros convence la pasión de los hombres por los hombres.»

¿Cuál es el problema? En los humanos, la monogamia es un modelo de relaciones afectivo-sexuales basado en un ideal de exclusividad sexual para toda la vida entre dos personas unidas por un vínculo sancionado por el matrimonio, por la ley o por el derecho consuetudinario. Al practicante o creyente en este modelo de relación se le llama monógamo.

A diferencia de la monogamia, existen otros modelos de relaciones que posibilitan vincular afectiva y sexualmente a más de dos personas a la vez, como la poligamia (sea poliándrica o poligínica), poliamor, entre otras.

La expansión europea culturizó la monogamia a todas las colonias, y de ahí al mundo occidental hasta la actualidad. La tradición del matrimonio y la idea de relaciones monógamas están ampliamente enraizadas en la sociedad occidental, especialmente en las esferas de la tradición judeo-cristiana que lo considera la única manera natural y moral de sexualidad, pero también en la esfera política y social por sus leyes y normas.

Es un engaño

Cualquier otra relación sexual o romántica fuera del vínculo de la pareja, aún cuando sea un mero coqueteo se considera como engaño. Y, personalmente, creo que nos engañamos cuando fidelizamos nuestro amor en una sola persona. El amor, la capacidad humana para amar es infinita. Restringirla a los hijos, los amigos o la pareja es la causa de todos los males de la humanidad. El deseo siempre renaciente, decía Siddhartha Gautamá que provocaba el caos humano. Pero él se refería al deseo de lo material.

La sociedad occidental establece como forma aceptable y deseable de relación humana la monogamia, bajo un paradigma basado en el amor romántico que en la actualidad domina el pensamiento planetario. En una forma inconsciente, las personas buscan afanosamente establecerse dentro de algún vínculo de pareja, pues admiten que la relación es factible sólo entre dos personas. Hoy en día se incluye en dichas personas, a todas las preferencias sexuales. Su alto sentido de posesividad otorga seguridad pero también sometimiento, y encuentra su contraparte, en la inseguridad y el celo.

Sin embargo, esta tendencia monógama parece alejada de la naturaleza biológica y de las manifestaciones antropológicas que hemos señalado las cuales por el contrario muestran una tendencia, en gran medida, distinta a la monogamia.

A pesar de la expansión de la cultura occidental, en la tradición musulmana y en ciertos grupos étnicos adeptos a la poliginia o poliandria, se han logrado mantener su cultura de relación hasta nuestros días y hasta cierto punto. En unos casos, incrementando la poligamia por despoblación ante problemas de guerra y desastres naturales, y en otros reduciendo sus integrantes a la pareja, por factores globales de economía y sobrepoblación.

Mis recuerdos vitales se remontan a los tres años, he de aclarar que este recuerdo está más bien motivado por la reiteración que Miren –mi madre- realizaba un día sí y otro también a sus amigas.  En cierta celebración familiar, mi curiosidad por el líquido que contenía una botella y la ausencia de adultos (todos despidiéndose, mua, mua, mua) provocó un ir dando tumbos por el pasillo que conecta el comedor y la puerta de casa.

Mi madre dice que me caí al suelo y pensó que me había tropezado. Tras unos segundos de qué le ha pasado a mi niña, te has hecho “pupita”, mi progenitora olfateo mi aliento y exclamo: - Pero, esta niña ha bebido alcohol.

Mis hermanos y mi padre corrieron a la cocina y… efectivamente la botella de Cointreau estaba vacia. – Quedaba casi media botella, si se la ha bebido toda hemos de ir al hospital. No se me ocurre como diluir tanto alcohol en este cuerpecito. Dijo mi padre.

Ya desde entonces mi personalidad (o modo habitual y propio de responder a situaciones diversas en virtud de la especial estructuración de las características individuales) destacaba por el “pasotismo” hacia los comentarios de los demás. Pero “pasar de los demás” es maravilloso solo cuando los demás critican mi forma de actuar. Cuando necesito de ellos, lo mejor es hacerles la pelota. Algunos me llamas diplomática. Otros simplemente, manipuladora.

Siempre aspire a mantener mi dinámica infantil. Una riqueza de actividad psicológica que nos permite –aunque no siempre- ser más felices. Intentar motivarme e ilusionarme con cambios afectivos dinámicos. Fue la base de mi infancia, y vital para mi crecimiento y maduración como persona. Esto y no otra cosa fueron la base de lo que considero mi personalidad armónica.

Aunque los sicólogos supongan que los valores y patrones de conducta adquiridos por enseñanza directa o por imitación (la influencia de todas las personas que arroparon mi adolescencia), en mi caso, más bien fue la rebeldía frente a esos valores y patrones que trataban de inculcarme.

Las, cada vez más complejas, reglas de conducta que intentaban determinar mi comportamiento acababan siempre fortaleciendo mi propia visión de las cosas –rebelde y contestataria-. Efectivamente, los adultos me exigían unas conductas en base a sus reglas y, luego, yo adecuaba mis actitudes en base a todo lo contrario.

Estuve enamorada de mi padre. No era exactamente amor- sexo, tal vez un vínculo de apego. Interés por aprender de su elegancia y talento, pero sobre todo, él tenía en su cuerpo misterios que no aparecían en el mío. Fuerza irresistible para una mocosa como yo. El apego inicial a la figura de mi madre fue desvaneciéndose y transformándose. En pelea constante, diaria, violenta hasta el grito, dolorosa hasta la huida con mi competidora directa ante mi dios- padre aprendí que vivir, no sobrevivir eh, es luchar por cada deseo, cada anhelo, con lo que o con quien se interponga, a veces tuve que forzarme a mi misma.

El resto del mundo carecía de la suficiente importancia para una niña de 6 años. Ni los rostros, ni la voz de mis tías o de mis vecinos atraían mi curiosidad. Más bien al contrario, las afueras de mi hogar, mi competición con mi progenitora o con mis hermanos ocupaba todo mi energía.  Al contrario, aquellos desconocidos me mantenían cautelosa, recelosa incluso les tenía miedo y por eso les rechazaba. Las relaciones de toda índole pueden ser afectuosas o conflictivas. La toma de conciencia de que mis padres compartiesen cierta forma de intimidad en la que ellos no participaban provocaba rivalidad y, algo de conflicto.

Nunca proteste ante la llegada de mis hermanos, nunca tuve miedo de perder un status que nunca asumí. Mis padres nunca necesitaron hacerme comprender ninguna pérdida por mi parte. Mi relación con ellos era nula  y con mis hermanos siempre fue de igual a igual. Siempre comprendí mi propia identidad, nunca peligro mi autoestima. Acepte a mis hermanos sin ningún conflicto. Mi comunicación con ellos fue precisa, controlé mis deseos y conductas. Mi sentimiento de pertenencia a la familia fue adquiriendo peso con su compañía, éramos cómplices, nunca rivales.

Sin inseguridad personal y una autoestima fortalecida por la suya, tanto ellos como yo nos zafamos de la coerción y firmezas paternas.   ¿Enuresis? ¿comidas? ¿defecación voluntaria?. Nuestro yo descubierto se reafirmaba entre nosotros negando las imposiciones. Más que imitar o intentar garantizar su afecto. Nos fuimos distanciando hasta nuestra propia autonomía. El rechazo a extraños o la búsqueda de nuestra identidad sexual o de género fue anecdótica. Tanto ellos como yo disfrutábamos manipulándonos en el granero.

Más tarde, en la escuela, mis compañeros masculinos también disfrutaron de mi sexo y yo del suyo con la misma naturalidad. Incluso uno de mis maestros decidió participar en mi goce y me hizo mujer con 14 años. Aquella experiencia inhibió cualquier frustración sexual posterior. Él, con 28 años, supo dónde y qué había que manipular o introducir y cómo.

 

La primera vez

Junto a él adquirí el hábito y la adicción a los hombres. Un plan casi diario, me proporcionaba la motivación para acudir a las clases. A las suyas, primero. Y a las de Marga, profesora de Matemáticas y excelente amante. Era una rutina. Francisco, en el recreo, calentaba mis sentidos, mojaba mi sexo y me penetraba. Marga, siempre apetente, devoraba mis fluidos vaginales hasta el éxtasis.

Uno y otro día, sin tregua… llegue a proponer a más profesores mi ansiedad. Y todos respondieron a la llamada insaciable y calenturienta de mi ser. 

La aptitud, según el diccionario de la RAE, es la habilidad, facilidad y modo de hacer las cosas (dos siglos y medio después de su primaria definición, salvo algunos retoques). No obstante, una vocación inequívoca y asumida a fondo llega a ser insaciable y eterna, y resistente a toda fuerza contraria. La única disposición del espíritu capaz de derrotar al amor.

Las aptitudes vienen a menudo acompañadas de sus atributos físicos. Si se les canta la misma nota musical a varios niños, unos la repetirán exacta, otros no. Los maestros de música dicen que los primeros tienen el oído primario. Antonio Sarrasate, a los cuatro años dio con su violín de juguete  una nota que su padre, gran virtuoso, no lograba dar con el suyo. Siempre existirá el riesgo de que los adultos destruyan tales virtudes. El rigor con que los padres de niños artistas suele ser el mismo con que tratan a los hijos homosexuales.

El primer desamor

Tanto iba el cántaro a la fuente que lo rompí en mil pedazos. Santi, vecino de mi pueblo, y dos años mayor que yo me dijo un día que estaba enamorándose. ¿De quién? Le dije que yo era libre y, aunque no podía ser independiente (siempre dependemos de alguien o de algo… incluso dependemos de nuestra propia independencia) tampoco podía jurar a nadie fidelidad… Yo era leal a mi misma. Mi lealtad excluía ser fiel, es decir,  la capacidad espiritual –el poder o la virtud– de dar cumplimiento a promesas que hoy le pudiera hacer.

Mi lealtad u obligación conmigo misma no incluía, como dice Wikipedia, fidelidad a algo… ni siquiera a mi propio ser. Mi lealtad es voluble, cambia con el tiempo en función de mis circunstancias… Siempre leal a lo que pienso en cada momento. Algunos, por las esquinas, critican mis cambios. Su rigidez mental les impide ver el universo y su constante expansión. Son incapaces de valorar sus propias contradicciones. Lo más cómodo es retratar al prójimo asignándole miedos y fantasmas de si mismos, los más íntimos y ocultos.

Días después de la conversación con Santi oí en la radio local, dedicada a mí, una canción. Julio Iglesias, el más grande cantante español de la historia (para gustos, los colores), me hizo reflexionar sobre el dolor de Santi.

“Por el amor de una mujer

jugué con fuego sin saber

que era yo quien me quemaba

bebí en las fuentes del placer

hasta llegar a comprender

que no era a mi a quien amaba.

 

Por el amor de una mujer

he dado todo cuanto fui

lo más hermoso de mi vida

mas ese tiempo que perdí

ha de servirme alguna vez

cuando se cure bien mi herida.

 

Todo me parece

como un sueño todavía,

pero sé que al fin,

podré olvidar un día.

 

Hoy me siento triste

pero pronto cantaré

y prometo no acordarme nunca

del ayer.

 

Por el amor de una mujer

llegué a llorar y enloquecer

mientras ella se reía

rompí en pedazos un cristal

dejé mis venas desangrar

pues no sabía lo que hacía.

 

Por el amor de una mujer

he dado todo cuanto fuí

lo más hermoso de mi vida

mas ese tiempo que perdí

ha de servirme alguna vez

cuando se cure bien mi herida”.

Años más tarde comprendí que Santi no sabía de su propia rebeldía. Esclavo de su culturización/socialización desconocía el significado de la vida, del mundo y sus enredos más o menos sutiles. Cuando me enteré que en su nuevo puesto de profesor de la universidad de Santiago enseñaba literatura. Cuando acudí a alguna de sus clases y ví como las alumnas devoraban con su sexo aquel pedazo de hombre, mientras él practicaba la monogamía; le escribí una carta y le adjunte la canción de Jeanette.

Estimado Santiago:

Me alegro de que tus más próximas circunstancias vitales sean como las soñaste. Conocí a tu esposa. Esa chica rubia y tímida que te esperaba en el coche cuando terminaste la clase de ayer. La ví solo un momento pero lo suficiente para saber que seréis felices siempre. Ella como tú, anhela tener hijos y solo piensa en ti. Su mundo eres tú y lo que os proporcionéis el uno al otro.

Acertamos aquella tarde cuando me dijiste: tú sabrás pero la vida no es así. -Puede, pero es como yo la entiendo y debo ser leal a mi forma de ser.

Yo soy rebelde

porque el mundo me ha hecho así

porque nadie me ha tratado con amor

porque nadie me ha querido nunca oír

yo soy rebelde

porque siempre sin razón

me negaron todo aquello que pedí

y me dieron solamente incomprensión

Y quisiera ser como el niño aquel

como el hombre aquel que es feliz

y quisiera dar lo que hay en mi

todo a cambio de una amistad

y soñar, y vivir

y olvidar el rencor

y cantar, y reír

y sentir solo amor

Yo soy rebelde

porque el mundo me ha hecho así

porque nadie me ha tratado con amor

porque nadie me ha querido nunca oír

Y quisiera ser como el niño aquel

como el hombre aquel que es feliz

y quisiera dar lo que hay en mi

todo a cambio de una amistad

y soñar, y vivir

y olvidar el rencor

y cantar, y reír

y sentir solo amor”.

Santi, tal vez sea pretencioso por mi parte explicarte que significa AMOR. Si quieres podemos charlar algún día sobre ello en alguna cafetería. Un beso de tu amiga Mirinda.

 

2.       Mi profe de Física

Me dice que esta no la entiende. Yo creo que no la en“Lenteja” es menudo. Sus gafas le dan aire de bobo. Pero además los chicos de clase le toman el pelo. A pesar de todos sus esfuerzos por gustarnos, repele. No obstante, un día dijo algo que nunca olvidaré: Ley de atracción universal. Debió confundirse porque en el libro ponía: Ley de gravitación universal.

“Lenteja” es hermano del de mate. Tal para cual. Gorín le llaman mis amigos. A veces nos cuenta su vida. Lo odio. Dice que la  felicidad hay que buscarla. Me roba las ideas y le odio. Perseguirla, trabajársela. Dice que él la encontró al adoptar un niño con síndrome de Down.

Conseguir la adopción le llevó cuatro años. Tiempos duros para él y su mujer.

En su casa no sobra el dinero. Y se nota. Un día me envió con un recado para su esposa: muebles atestados, y rincones optimizados. Mario enseña física y Leandro matemáticas en el IES de Boiro.

“Lenteja” desvaría, dice Pablo. Y yo ni le escucho. Ayer explicando la ley de Newton va el tío y nos dice. Dejemos A Isaac y hablemos del pensamiento. Cuando empecéis a practicar con el pensamiento ilimitado, veréis que algunos de vuestros pensamientos anteriores siguen creando tu realidad. Aún podréis encontrar los resultados de tu viejo pensamiento limitado mientras emites los nuevos, ilimitados.

No os desaniméis si vuestros esfuerzos no surten efecto de la noche a la mañana. Vuestras pautas de pensamiento desaparecerán gradualmente, y experimentaréis los resultados de vuestra nueva forma de pensar. Se aprende a manifestar de modo lineal y secuencial. Piensas lo que deseas muchas veces y puedes llegar a decir:  “No, esto no es lo que realmente quería” o “Creo que, la próxima vez, pediré otra cosa”. Podéis aclarar vuestras ideas antes de que se manifiesten. Quizá algunas cosas tardan más tiempo en manifestarse de lo que desearíais, la mayoría de vosotros seríais infelices si la manifestación de las cosas deseadas fuera instantánea. Dejad transcurrir un tiempo de maduración y claridad.

“Lenteja” lo llama un sistema de pensamiento para alcanzar los deseos o prosperidad universal. Además añade que la atracción universal entronca con nuestro pensamiento positivo o capacidad de amar a todas las cosas. Es muy raro. Pero asegura que los astros se atraen entre ellos porque están enamorados.

“Hoy decido vivir, vibrando cada instante ante la emoción de percibir la maravilla  de la creación que me rodea. Hoy decido comprender  que cada minuto que pasa no volverá”. Le odio y me fascina. Cuanto más se burlan de él más me excita su explicación. He decidido decirle que me lo expliqué en los vestuarios.

 

Debo  atraparlo intensamente. “Debéis atraparlo intensamente, porque forma parte del tiempo que sabemos que ha quedado en el ayer”.

Decido gozar, qué él goce de mí. “Decidid vivir, sabiendo dar lo mejor de vosotros, vibrando en la bondad. Llevad a su máxima expresión  vuestra capacidad de ser. Decidid gozar de  los momentos bellos y desafiaros ante las adversidades”. Ya no aguanto más, le digo que me acompañe que estoy enferma.

Quiere llevarme a conserjería, pero le digo que solo necesito devolver la comida, que tengo el estómago revuelto. Me acompaña a servicio. Por el camino alargo mi mano y toco su pernera. Él sonríe. Me temo que le ha gustado. Confirmado.

Nada más llegar al servicio nos adentramos en un retrete y cierra el pestillo. Me besa. Me toca. Mi sexo húmedo reclama sus dedos, su lengua. Lo hace. Estalló.

Su pene erecto y rosado penetra en mi boca. Al poco, un chorro caliente de esperma  inunda mi garganta. Me dice, espera diez minutos y vuelve. Sabe mucho de estas cosas. No debe ser la primera vez.

Cuando entro en clase, el tío me dice: “Debes tomar la decisión aprender cada día,  evolucionar y cambiar. Para  ser mejor que ayer”. Ante tamañas explicaciones, no lo dudo. Acabo de decidir amar intensamente a través de una caricia, escuchar en silencio la palabra del ser amado un ser que justifica su existir. Perdonaré sin replica una ofensa, aspiraré la presencia del otro y besaré con pasión a quien amo.

Me sale como si fueran los Diez Mandamientos:

Alcanzaré mis deseos con pasión. Sentiré  que mi  existir  no es en  vano  para manifestar la grandeza de mi alma para amar. Viviré mis sueños, vibraré, gozaré, observaré, superaré. Al vivir he decido  dar, aceptar  y comprender que mi tiempo es lo único que poseo para realizar plenamente mi ser.

Parece que “lenteja” no volverá mañana. Alguien se ha chivado y le han montado una de aúpa. Creo que le ha dejado su mujer y se ha trasladado fuera del país. Solo me queda esa cancioncilla de Perales:

Ayer se fue, tomó sus cosas y se puso a navegar, una camisa, un pantalón vaquero, y una canción. Dónde irá, dónde irá. Ni Se despidió, y decidió batirse en duelo con el mar, y recorrer el mundo en su velero, y navegar, nai na na, navegar. Y se marchó, y a su barco le llamó Libertad, y en el cielo descubrió gaviotas, y pintó, estelas en el mar.

Es posible que nunca le vuelva a ver, pero “Lenteja” me acompañará siempre. Sus explicaciones. Lo del retrete lo olvidaré pronto, seguro que Pablo besa mejor que mi profe. Seguro que a mí me sabrán mejor sus besos. Estoy enamorada de él.

A veces me pongo a pensar que no existe en el mundo una persona como Pablo. Cuando le conocí despertó un sentimiento hermoso. Cosquillas en la tripa e inapetencia de comida.  Ese sentimiento tan hermoso, tan especial, tan maravilloso debe ser “el amor”, hasta ahora solo él me lo ha hecho sentir…

Es un sentimiento tan profundo que cada vez que le veo siento esa alegría, esa felicidad, esa energía que me dice que es lo que siempre soñé, que me hace vibrar de felicidad, me hace sentir lo hermosa que puede ser la vida solamente estando a su lado.

Qué lindo es sentir su cariño, mirarle a los ojos, verle esa pasión, es muy difícil  explicar con palabras lo inmenso y profundo que es mi amor por Pablo. No puedo pensar una vida sin él. Alejada de sus labios, de su piel. Es mi inspiración, mi verdadero y único amor, es lo mejor que me ha pasado en la vida, es  lo más importante para mi hoy, mañana ya se verá.

Mañana? Sabéis lo que me ocurrió al volver a casa? Pues que Antuan, el chico francés del Mercadona me esperaba en el portal. Hasta mamá se había fijado en él. Siempre me decía: este chico es lo más bonito que he visto en mi vida. Y tanto, le contestaba yo.

Antuan debía sospechar algo porque en cuanto me vio me dijo. También a mí me gustas mucho. Y Pablo desapareció de mi vida para siempre.

En una noche tan despejada, las estrellas brillaban en el cielo, y Antuan admiraba su esplendor sentado en el último escalón de acceso a mi portal. Había terminado su turno de mañana. Ese chico rubio de cristalinos ojos azules llegó directamente a mi corazón. Con una sola palabra y esa mirada de pillo me acurrucó contra la pared y me besó. 

Un débil susurro, me sobresaltó. Te quiero. El rubio estaba seguro de su belleza. No tuvo que insistir. Vente a mi casa.  Era cuarto  amplio, y muy cálido; tenía cama de madera cubierta con edredón estampado de flores

En la pared del cuarto, frente a la cama, un crucifijo. En la pared de enfrente,  la virgen y el niño dios; a la izquierda un secreter ordenado. A la derecha, una enorme ventana, y en la puerta perchas de las que cuelgan varias prendas de vestir.

Frente a la cama, el televisor, sobre una mesa muy grande, donde también hay un florero de rosas de plástico; el ordenador, en el secreter. El suelo es de cerámica color madera, y en la ventana unas cortinas de ganchillo. El lugar era lo de menos. Mi sexo, húmedo y anhelante, le pidió rapidez de movimientos. Él enseguida respondió. Exhaustos y felices, comentamos la situación.

-No deberías preocuparte por esto Mirinda. Tendré máxima discreción.  Aún no la había soltado por lo que pasó la vista hacia sus manos, el muchacho lo recordó de pronto y finalmente la soltó apenado y mirando hacia el piso. Mirinda pudo ver bajo la luz de la vela encendida el rostro del chico. Era tan tierno...

-Siempre podrás contar conmigo Antuan... 

Sin decir nada más, me vestí dispuesta a marcharse de allí. De pronto, Antuan me detuvo, me tomo la mano y me tumbó de nuevo. Sin sorpresa, y más que excitada volví a ser mujer  . 

-Te amo, Antuan... –Ya se te pasará 

Aquellas palabras, su sonrisa y los Diez Mandamientos confirmaron las palabras de “Lenteja”: aprender cada día . Un dulce segundo que pareció toda una eternidad.  Ese pensamiento me acompañaría siempre.

La ley de la Gravitación Universal es una ley física clásica que describe la interacción gravitatoria entre distintos cuerpos con masa. Ésta fue presentada por Isaac Newton en su libro Philosophiae Naturalis Principia Mathematica, publicado en 1687, donde establece por primera vez una relación cuantitativa (deducida empíricamente de la observación) de la fuerza con que se atraen dos objetos con masa. Así, Newton dedujo que la fuerza con que se atraen dos cuerpos de diferente masa únicamente depende del valor de sus masas y de la distancia que los separa. También se observa que dicha fuerza actúa de tal forma que es como si toda la masa de cada uno de los cuerpos estuviese concentrada únicamente en su centro, es decir, es como si dichos objetos fuesen únicamente un punto, lo cual permite reducir enormemente la complejidad de las interacciones entre cuerpos complejos.

Así, con todo esto resulta que la ""ley de la Gravitación Universal"" predice que la fuerza ejercida entre dos cuerpos de masas.

Físicamente entre dos cuerpos humanos podemos interpretar como “atracción”. Antuan, Pablo y “Lenteja”  habían ejercido una fuerza tal sobre mi sexo que, al igual que cualquier astro celeste, me sentí flotando en el universo. Toda mi masa corporal estaba concentrada en mi centro sexual, mi clítoris. Todo la maestría de aquellos amigos, también. No había nada de complejo, todo era tan sencillo como un bobo.

Aquella noche, mis padres estuvieron especialmente amables conmigo. Vieron, tal vez, mi felicidad y decidieron hacerla suya. Mi padre es un hombre simpático, tiene un mal genio cuando se enfada. A buenas es muy majo, como todos los padres, supongo. Su aspecto agradable y su ancha espalda transmiten confianza. Me gusta ir con él al cine, jugamos a tenis y montamos en bici, a veces voy con él a pescar.

Mamá es mi personaje favorito,  tiene 48 años, trabaja de enfermera en el mismo hospital que papá. Es una persona luchadora, respetuosa, solidaria, sociable, etc. Le gusta el arte de las manualidades y practica baloncesto. Trata de darme y enseñarme lo mejor. Se esmera preparando deliciosos alimentos.  He compartido con ella momentos inolvidables.

Mi hermano nació en 1970, tiene ahora 10 años. Es alto, delgado, moreno y guapo.  Su pelo es liso y negro, lo suele llevar de punta. Sus ojos son marrones, su nariz es chata, sus labios carnosos y su cara redonda. Mamá le pone vaqueros porque dice que son muy resistentes para un chaval que está todo el día tirándose al suelo. Nunca para quieto, siempre nos estamos peleando aunque nos queremos mucho.

Mi hermana es guapilla.  Es morena, tiene los ojos marrones, y su colores preferidos son el negro y el rosa. Está algo rellenita y es un poco pegona. Le gustan los espejos y está todo el día peinando a sus muñecas. Todavía no va al Instituto, pero es buena estudiante.

Nunca se me ocurriría contarles mis aventuras sexuales. Pero Javi intuía que me gustaba Pablo y siempre me hacía enfadar. Un día me pregunto: ¿te besas con tu novio? Y como no tengo secretos para mis hermanitos les conté lo que me hacía Pablo y Antuan. No me atreví a contarles lo de “Lenteja”, pero ellos ya lo sabían por el escándalo que se preparó.

Mónica no entendía nada. A los 8 años esas cosas son de mayores y preocupan poco. Javi tenía inquietudes porque una niña mayor que él le había tocado una vez los genitales. Y me preguntaba si yo también les hacía eso a los chicos. Claro, Javi, eso no solo sirve para mear.

Javi descubrió en solo día que el pito de los chicos era mágico y polivalente. Me hacía volar y él podría, en un futuro, hacer magia también. Mi hermano es un sol. Hasta me propuso “volar” juntos. Claro que yo no hago nada sin Mónica. Así pues los tres estuvimos jugando a médicos al día siguiente. Yo era la enferma, Javi me tomaba la temperatura en las inglés y Mónica miraba atónita con su disfraz de enfermera.

Y todo con mi canción de infancia favorita de fondo. A Javi le gusta más Parchís. No la entiende nadie, con lo fácil de entender:

Que canten los niños, que alcen la voz, que hagan al mundo escuchar;

que unan sus voces y lleguen al sol; en ellos está la verdad.

que canten los niños que viven en paz y aquellos que sufren dolor;

que canten por esos que no cantarán porque han apagado su voz...

"yo canto para que me dejen vivir". "yo canto para que sonría mamá".

"yo canto por que sea el cielo azul". "y yo para que no me ensucien el mar".

"yo canto para los que no tienen pan". "yo canto para que respeten la flor".

"yo canto porque el mundo sea feliz". "yo canto para no escuchar el cañón".

"yo canto por que sea verde el jardín". "y yo para que no me apaguen el sol".

"yo canto por el que no sabe escribir". "y yo por el que escribe versos de amor".

"yo canto para que se escuche mi voz". "y yo para ver si les hago pensar".

"yo canto porque quiero un mundo feliz". "y yo por si alguien me quiere

escuchar".