…la ley de la Gravitación Universal predice la fuerza ejercida entre dos cuerpos...
Isaac
Newton en Philosophiae Naturalis Principia Mathematica
Alma a
quien todo un Dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
médulas que han gloriosamente ardido,
su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, más tendrá sentido;
polvo serán, más polvo enamorado.
venas que humor a tanto fuego han dado,
médulas que han gloriosamente ardido,
su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, más tendrá sentido;
polvo serán, más polvo enamorado.
Francisco de Quevedo
1. Mi
primer novio: Santi
Vivo con mis padres en un pueblo pequeño. Mi padre
siempre nos cantaba cómo, después de la guerra oía en pesadillas aquella
canción de Víctor Manuel…
“Vivo en mi pueblo pequeño,
la fe, la alegría, la paz del hogar hay una niña
morena
que tras el trabajo me llena de paz,
hay una ermita en el monte
que todas las tardes escucho cantar
y aquel arroyo tan claro que riega los campos que
son nuestro pan.
Era la tarde un suspiro
y aquellos soldados llegaron acá, quietos los niños
y viejos,
la gente más joven tendrá que luchar,
tiembla el fusil en mi mano,
cerrando los ojos disparo al azar
bala perdida que mata a cualquier
inocente con ansia de paz.
¿Por quién lucho yo si en mi corta vida
no existe rencor?
¿por quién lucho yo
que vivo la vida con fe y con amor?
juan, debes de callar,
esto es una guerra no lo has de olvidar
juan, trata de olvidar
a aquella muchacha, la paz del hogar.
Llegan los años de cárcel,
yo soy un cobarde no quiero matar,
dicen que nuestros soldados
ganaron la guerra, renace la paz,
vuelvo a mi pueblo pequeño,
la gente sonríe y murmura al pasar,
mira aquel joven cobarde
que vuelve la espalda en vez de luchar.
Dejo con pena las cosas
que fui levantando, y solo sin más,
vivo aquí arriba en el monte
soñando que un día pueda regresar”.
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Cerca del pueblo hay un bosque, donde se ve un lago
y una barca, los árboles son muy altos y
frondosos. También la hierba es abundante, y verde. Al fondo hay mucha niebla,
pero, se pueden ver claramente una serie de montañas. El ambiente no es muy
cálido, aunque tampoco es frío, porque el cielo no está muy tapado de nubes,
aunque hay unas pocas.
No hay ruido porque tampoco hay ni coches, ni gente,
claro, solo se oyen los pájaros y el ruido de las ramas de los árboles cuando
chocan a causa del viento, que hacen que se esté tranquilo. Es un sitio muy
agradable de ir y de ver, sobre todo a los que les gusta mucho ir al campo.
Las nubes son como algodones de azúcar, se extienden
entre el cielo, y parece que sean compactas. El sol se pone, y se esconde entre
esas nubes tan esponjosas. El viento, cálido y suave, mueve las hojas de esas
palmeras tan altas. El mar está muy tranquilo, tanto que parece una piscina.
Por el lateral derecho se asoman unas hojas de palmera, a parte de las dos que
hay por delante. Y por el lateral izquierdo, hay una palmera solitaria y que parece pequeña que. El paisaje es del
anochecer, con un color rojizo y cálido.
A lo lejos se adivina otro golfo rocoso, con
abundantes zonas verdes herbáceas. El mar parece tranquilo pero se percibe el
caos al chocar las olas sobre las rocas; la hierba se entremezcla con las rocas
enfrente mío, sin distinguirse en algunas zonas; el cielo gris luna resulta
desalentador y da un aire melancólico, como recordando un pasado ya olvidado.
Se ve la niebla, mística, incierta, ocultando sus
secretos; niebla que inspira a la imaginación con un mundo de fantasía más
propio de las leyendas del rey Arturo que de las tierras españolas; nieblas
confusas, de una belleza casi indescriptible; incierto es el futuro al verlas.
Pero poco importa entonces, mientras se contempla un paisaje del norte; bello y
misterioso, calmado con el ruido del oleaje. Cuando la agitación precede a la
calma, impulsando a esta, el tiempo pierde su valor observando ese paisaje
desgarrador si se tiene que abandonar.
A lo lejos se ve mi pueblo en la inmensidad, tan en
lontananza que parece que formara parte del paisaje natural, sin distinguirse
la forma. Cerca de allí hay otro bosque, verde oscuro, uno más de los verdes
que en este paisaje gallego se pueden apreciar. Se aprecian elevaciones más
hacia el interior, perdiéndose en la inmensidad, cuya búsqueda se encuentra más
allá; que por mucho que se quiera no se puede alcanzar.
En el suelo observo los arbustos de vivos colores. A
lo lejos se escucha el sonido de los barcos, que navegan en la profundidad,
posándose sobre las olas como patinetes
al que se les acaba de impulsar. Me fijo en uno de ellos al que reconozco. Es
un barco medieval. Es un barco de
“oro”. En México-Tenochtitlan existían
grandes pirámides de oro, todos los ciudadanos convivían en armonía. Sobre el
barco habían construido un gran castillo de oro, a pesar de lo cual este barco
flotaba.
Veo las rocas; son picudas como agujas, desgarradas
por el tiempo y la fuerza de los elementos, por un tiempo que nadie puede
recordar; rocas multicolor, grises, marrones, rojizas, negras, rocas separadas
por el mar. Converge entre las rocas hierbas, arbustos e incluso margaritas. Un
camino de tierra me permite acceder al lugar más inaccesible del cabo; yendo a
pie, no en helicóptero o avión. Un pasillo que cruza una roca por ambos lados
es el único camino; tan estrecho que prácticamente hay que pasar de lado para
no caer al agua o mucho peor a las rocas.
La tierra se corta, tras eso, en un tumulto de
rocas. Mientras me vuelvo observo las hierbas secas, fruto del verano, y dejo
de ver los surcos que hacen las olas al chocar con los islotes, y como el agua
pasa a ser de azul cian y espuma al chocar con las rocas. Viendo tal belleza y
majestuosidad se desea intentar llegar hasta el final, hasta la última roca,
tan al norte de España que más allá no hay nada más; España se acaba y sólo
queda la mar.
Miro de nuevo el golfo e intuyo la silueta del otro
golfo, oculto entre la neblina, casi inexistente, y cerca de allí un islote;
neblinoso, aislado y enigmático. Viendo esto se desea poder volar e ir a esos
lugares que parecen tan cercanos y que sin embargo no están al alcance.
Asciendo el camino, unas escaleras, paso al lado de
un edificio, sigo ascendiendo torpemente, entristecido por dejar ese hermoso
lugar, veo un faro, pequeño, poco alto. La torre mide unos diez metros; el
edificio rectangular de debajo no lo sé. La torre del faro es blanca como la
nieve; se observa el foco de este, protegido en una red de hierro, curva,
circular, ovalada, hierro pintado de negro, que induce a la fealdad; clásico y
habitual que no habría de importar, inaccesible.
Mientras voy camino del coche junto con mis padres y
mi hermano siempre escucho los pasos de otros visitantes del lugar, voces que
parecen contrastar con el aparente silencio de los animales de la zona. Dejo un
lugar que deseo recordar y algún día regresaré; que me dio mucho pero que me
quito algo de mí misma que deseo recuperar.
Mi habitación es pequeña, con alfombrado gris claro.
Las paredes están empapeladas con personajes de Disney. Contra una pared, una
cuna blanca con barrotes altos, de los mismos cuelga un móvil con pelotas de
colores. En un sillón, al lado de la cuna, un oso de peluche enorme junto a
otros más pequeños. Del otro lado de la cuna, una mesa de luz con una lámpara
giratoria que proyecta caricaturas. Del otro lado de la habitación, una tele y
una videocasete con muchos videos para chicos y otro grupo de videos de
ecografías. La habitación tiene olor a humedad y encierro, una capa de polvo
fino recubre todos los elementos en ella. En un rincón hay cajas con etiquetas
que dicen “ropa de invierno”, “regalos para Mirinda”, “cocina”, “fotos”,
etcétera. Dentro de la cuna hay regalos sin abrir. El silencio es absoluto y
las rendijas de la persiana dejan pasar los rayos del sol que permiten ver las
partículas sostenidas en el aire, inmóviles. En medio de la pieza hay una silla
apuntando a la tv. Al lado de ésta, una botella de vino vacía y una copa rota
en el piso que ha manchado el piso de un rojo intenso pero ya seco.
Una manada de lobos en lo alto de una montaña
recubierta de nieve y rocas sobresalientes. Parecen que están para cazar a su
presa pendiente a todo lo que se mueve. Al fondo se ve una gran montaña con
mucha nieve y rocas. Está amaneciendo y parece que se acabado el tiempo de las
nevadas.
Contaba mi abuelo que hace tiempo el bosque estaba formado por muchos árboles,
plantas, animales etc... Pero ahora el ser humano lo destruyó y se convirtió en
campo de agricultura. Es un terreno muy seco y no hay mucha agua para regarlo.
A pesar de todo, es un paisaje muy bonito, tiene muchos árboles y además tiene
un río lleno de piedras y mucho musgo. Es un bosque donde hay cervatillos y más
animales. Y se alberga una laguna porque el agua va muy rápido. Y a lo lejos el
río baja formando una cascada.
Es un paisaje donde viven personas. Hay muchos
edificios que han sido construidos por la acción humana. Hay muchas tiendas de
comercios y mercados para las personas que viven en ellas.
Mis
primeras reflexiones juveniles
Desde que salimos del vientre de nuestra madre
vivimos una tragedia más o menos dulcificada en algunos momentos. Nuestras
acciones esforzadas o de baja calidad, ejecutadas por nuestra virtud o por
nuestro vicio son tensiones de dos fuerzas contrarias. Ambas generan unidad de
acción. Ambas participan en una “trama unificada”, con planteamiento, nudo y
desenlace independientes a la vez que conexos.
Me llamo Mirinda y mi único dios es Eros.
Responsable, en la Grecia antigua, de la atracción sexual, el amor y el sexo,
venerado también como un dios de la fertilidad. En algunos mitos era hijo de
Afrodita y Ares, pero según El banquete de Platón fue concebido por Poros (la
abundancia) y Penia (la pobreza) en el cumpleaños de Afrodita. Esto explicaba
los diferentes aspectos del amor.
A veces era llamado, como Dioniso, Eleuterio (Ἐλευθερεύς), ‘el libertador’. Su equivalente romano era Cupido
(‘deseo’), también conocido como Amorpatrón del amor entre hombres, mientras
Afrodita presidía sobre el amor de los hombres por las mujeres.
Eros presidía las palestras, uno de los principales
lugares de reunión de los hombres con sus amados, y a él hacían sacrificios los
espartanos antes de la batalla. Meleagro recoge este papel en un poema
conservado en la Antología Palatina: «La reina Cipria, una mujer, aviva el
fuego que enloquece a los hombres por las mujeres, pero el propio Eros convence
la pasión de los hombres por los hombres.»
¿Cuál es el problema? En los humanos, la monogamia
es un modelo de relaciones afectivo-sexuales basado en un ideal de exclusividad
sexual para toda la vida entre dos personas unidas por un vínculo sancionado
por el matrimonio, por la ley o por el derecho consuetudinario. Al practicante
o creyente en este modelo de relación se le llama monógamo.
A diferencia de la monogamia, existen otros modelos
de relaciones que posibilitan vincular afectiva y sexualmente a más de dos
personas a la vez, como la poligamia (sea poliándrica o poligínica), poliamor,
entre otras.
La expansión europea culturizó la monogamia a todas
las colonias, y de ahí al mundo occidental hasta la actualidad. La tradición
del matrimonio y la idea de relaciones monógamas están ampliamente enraizadas
en la sociedad occidental, especialmente en las esferas de la tradición
judeo-cristiana que lo considera la única manera natural y moral de sexualidad,
pero también en la esfera política y social por sus leyes y normas.
Es un
engaño
Cualquier otra relación sexual o romántica fuera del
vínculo de la pareja, aún cuando sea un mero coqueteo se considera como engaño.
Y, personalmente, creo que nos engañamos cuando fidelizamos nuestro amor en una
sola persona. El amor, la capacidad humana para amar es infinita. Restringirla
a los hijos, los amigos o la pareja es la causa de todos los males de la
humanidad. El deseo siempre renaciente, decía Siddhartha Gautamá que provocaba
el caos humano. Pero él se refería al deseo de lo material.
La sociedad occidental establece como forma
aceptable y deseable de relación humana la monogamia, bajo un paradigma basado
en el amor romántico que en la actualidad domina el pensamiento planetario. En
una forma inconsciente, las personas buscan afanosamente establecerse dentro de
algún vínculo de pareja, pues admiten que la relación es factible sólo entre
dos personas. Hoy en día se incluye en dichas personas, a todas las
preferencias sexuales. Su alto sentido de posesividad otorga seguridad pero
también sometimiento, y encuentra su contraparte, en la inseguridad y el celo.
Sin embargo, esta tendencia monógama parece alejada
de la naturaleza biológica y de las manifestaciones antropológicas que hemos
señalado las cuales por el contrario muestran una tendencia, en gran medida,
distinta a la monogamia.
A pesar de la expansión de la cultura occidental, en
la tradición musulmana y en ciertos grupos étnicos adeptos a la poliginia o
poliandria, se han logrado mantener su cultura de relación hasta nuestros días
y hasta cierto punto. En unos casos, incrementando la poligamia por
despoblación ante problemas de guerra y desastres naturales, y en otros
reduciendo sus integrantes a la pareja, por factores globales de economía y
sobrepoblación.
Mis recuerdos vitales se remontan a los tres años,
he de aclarar que este recuerdo está más bien motivado por la reiteración que
Miren –mi madre- realizaba un día sí y otro también a sus amigas. En cierta celebración familiar, mi curiosidad
por el líquido que contenía una botella y la ausencia de adultos (todos
despidiéndose, mua, mua, mua) provocó un ir dando tumbos por el pasillo que
conecta el comedor y la puerta de casa.
Mi madre dice que me caí al suelo y pensó que me
había tropezado. Tras unos segundos de qué le ha pasado a mi niña, te has hecho
“pupita”, mi progenitora olfateo mi aliento y exclamo: - Pero, esta niña ha
bebido alcohol.
Mis hermanos y mi padre corrieron a la cocina y…
efectivamente la botella de Cointreau estaba vacia. – Quedaba casi media
botella, si se la ha bebido toda hemos de ir al hospital. No se me ocurre como
diluir tanto alcohol en este cuerpecito. Dijo mi padre.
Ya desde entonces mi personalidad (o modo habitual y
propio de responder a situaciones diversas en virtud de la especial
estructuración de las características individuales) destacaba por el
“pasotismo” hacia los comentarios de los demás. Pero “pasar de los demás” es
maravilloso solo cuando los demás critican mi forma de actuar. Cuando necesito
de ellos, lo mejor es hacerles la pelota. Algunos me llamas diplomática. Otros
simplemente, manipuladora.
Siempre aspire a mantener mi dinámica infantil. Una
riqueza de actividad psicológica que nos permite –aunque no siempre- ser más
felices. Intentar motivarme e ilusionarme con cambios afectivos dinámicos. Fue
la base de mi infancia, y vital para mi crecimiento y maduración como persona.
Esto y no otra cosa fueron la base de lo que considero mi personalidad
armónica.
Aunque los sicólogos supongan que los valores y
patrones de conducta adquiridos por enseñanza directa o por imitación (la
influencia de todas las personas que arroparon mi adolescencia), en mi caso,
más bien fue la rebeldía frente a esos valores y patrones que trataban de
inculcarme.
Las, cada vez más complejas, reglas de conducta que
intentaban determinar mi comportamiento acababan siempre fortaleciendo mi
propia visión de las cosas –rebelde y contestataria-. Efectivamente, los
adultos me exigían unas conductas en base a sus reglas y, luego, yo adecuaba
mis actitudes en base a todo lo contrario.
Estuve enamorada de mi padre. No era exactamente
amor- sexo, tal vez un vínculo de apego. Interés por aprender de su elegancia y
talento, pero sobre todo, él tenía en su cuerpo misterios que no aparecían en
el mío. Fuerza irresistible para una mocosa como yo. El apego inicial a la
figura de mi madre fue desvaneciéndose y transformándose. En pelea constante,
diaria, violenta hasta el grito, dolorosa hasta la huida con mi competidora
directa ante mi dios- padre aprendí que vivir, no sobrevivir eh, es luchar por
cada deseo, cada anhelo, con lo que o con quien se interponga, a veces tuve que
forzarme a mi misma.
El resto del mundo carecía de la suficiente
importancia para una niña de 6 años. Ni los rostros, ni la voz de mis tías o de
mis vecinos atraían mi curiosidad. Más bien al contrario, las afueras de mi
hogar, mi competición con mi progenitora o con mis hermanos ocupaba todo mi
energía. Al contrario, aquellos
desconocidos me mantenían cautelosa, recelosa incluso les tenía miedo y por eso
les rechazaba. Las relaciones de toda índole pueden ser afectuosas o
conflictivas. La toma de conciencia de que mis padres compartiesen cierta forma
de intimidad en la que ellos no participaban provocaba rivalidad y, algo de
conflicto.
Nunca proteste ante la llegada de mis hermanos,
nunca tuve miedo de perder un status que nunca asumí. Mis padres nunca
necesitaron hacerme comprender ninguna pérdida por mi parte. Mi relación con
ellos era nula y con mis hermanos
siempre fue de igual a igual. Siempre comprendí mi propia identidad, nunca
peligro mi autoestima. Acepte a mis hermanos sin ningún conflicto. Mi
comunicación con ellos fue precisa, controlé mis deseos y conductas. Mi
sentimiento de pertenencia a la familia fue adquiriendo peso con su compañía,
éramos cómplices, nunca rivales.
Sin inseguridad personal y una autoestima
fortalecida por la suya, tanto ellos como yo nos zafamos de la coerción y
firmezas paternas. ¿Enuresis? ¿comidas?
¿defecación voluntaria?. Nuestro yo descubierto se reafirmaba entre nosotros
negando las imposiciones. Más que imitar o intentar garantizar su afecto. Nos
fuimos distanciando hasta nuestra propia autonomía. El rechazo a extraños o la
búsqueda de nuestra identidad sexual o de género fue anecdótica. Tanto ellos
como yo disfrutábamos manipulándonos en el granero.
Más tarde, en la escuela, mis compañeros masculinos
también disfrutaron de mi sexo y yo del suyo con la misma naturalidad. Incluso
uno de mis maestros decidió participar en mi goce y me hizo mujer con 14 años.
Aquella experiencia inhibió cualquier frustración sexual posterior. Él, con 28
años, supo dónde y qué había que manipular o introducir y cómo.
La
primera vez
Junto a él adquirí el hábito y la adicción a los
hombres. Un plan casi diario, me proporcionaba la motivación para acudir a las
clases. A las suyas, primero. Y a las de Marga, profesora de Matemáticas y
excelente amante. Era una rutina. Francisco, en el recreo, calentaba mis
sentidos, mojaba mi sexo y me penetraba. Marga, siempre apetente, devoraba mis
fluidos vaginales hasta el éxtasis.
Uno y otro día, sin tregua… llegue a proponer a más
profesores mi ansiedad. Y todos respondieron a la llamada insaciable y
calenturienta de mi ser.
La aptitud, según el diccionario de la RAE, es la
habilidad, facilidad y modo de hacer las cosas (dos siglos y medio después de
su primaria definición, salvo algunos retoques). No obstante, una vocación
inequívoca y asumida a fondo llega a ser insaciable y eterna, y resistente a
toda fuerza contraria. La única disposición del espíritu capaz de derrotar al
amor.
Las aptitudes vienen a menudo acompañadas de sus
atributos físicos. Si se les canta la misma nota musical a varios niños, unos
la repetirán exacta, otros no. Los maestros de música dicen que los primeros
tienen el oído primario. Antonio Sarrasate, a los cuatro años dio con su violín
de juguete una nota que su padre, gran
virtuoso, no lograba dar con el suyo. Siempre existirá el riesgo de que los
adultos destruyan tales virtudes. El rigor con que los padres de niños artistas
suele ser el mismo con que tratan a los hijos homosexuales.
El primer desamor
Tanto iba el cántaro a la fuente que lo rompí en mil
pedazos. Santi, vecino de mi pueblo, y dos años mayor que yo me dijo un día que
estaba enamorándose. ¿De quién? Le dije que yo era libre y, aunque no podía ser
independiente (siempre dependemos de alguien o de algo… incluso dependemos de
nuestra propia independencia) tampoco podía jurar a nadie fidelidad… Yo era
leal a mi misma. Mi lealtad excluía ser fiel, es decir, la capacidad espiritual –el poder o la
virtud– de dar cumplimiento a promesas que hoy le pudiera hacer.
Mi lealtad u obligación conmigo misma no incluía,
como dice Wikipedia, fidelidad a algo… ni siquiera a mi propio ser. Mi lealtad
es voluble, cambia con el tiempo en función de mis circunstancias… Siempre leal
a lo que pienso en cada momento. Algunos, por las esquinas, critican mis
cambios. Su rigidez mental les impide ver el universo y su constante expansión.
Son incapaces de valorar sus propias contradicciones. Lo más cómodo es retratar
al prójimo asignándole miedos y fantasmas de si mismos, los más íntimos y
ocultos.
Días después de la conversación con Santi oí en la
radio local, dedicada a mí, una canción. Julio Iglesias, el más grande cantante
español de la historia (para gustos, los colores), me hizo reflexionar sobre el
dolor de Santi.
“Por el amor de una mujer
jugué con fuego sin saber
que era yo quien me quemaba
bebí en las fuentes del placer
hasta llegar a comprender
que no era a mi a quien amaba.
Por el amor de una mujer
he dado todo cuanto fui
lo más hermoso de mi vida
mas ese tiempo que perdí
ha de servirme alguna vez
cuando se cure bien mi herida.
Todo me parece
como un sueño todavía,
pero sé que al fin,
podré olvidar un día.
Hoy me siento triste
pero pronto cantaré
y prometo no acordarme nunca
del ayer.
Por el amor de una mujer
llegué a llorar y enloquecer
mientras ella se reía
rompí en pedazos un cristal
dejé mis venas desangrar
pues no sabía lo que hacía.
Por el amor de una mujer
he dado todo cuanto fuí
lo más hermoso de mi vida
mas ese tiempo que perdí
ha de servirme alguna vez
cuando se cure bien mi herida”.
Años más tarde comprendí que Santi no sabía de su
propia rebeldía. Esclavo de su culturización/socialización desconocía el
significado de la vida, del mundo y sus enredos más o menos sutiles. Cuando me
enteré que en su nuevo puesto de profesor de la universidad de Santiago
enseñaba literatura. Cuando acudí a alguna de sus clases y ví como las alumnas
devoraban con su sexo aquel pedazo de hombre, mientras él practicaba la
monogamía; le escribí una carta y le adjunte la canción de Jeanette.
Estimado
Santiago:
Me alegro de que tus más próximas circunstancias
vitales sean como las soñaste. Conocí a tu esposa. Esa chica rubia y tímida que
te esperaba en el coche cuando terminaste la clase de ayer. La ví solo un
momento pero lo suficiente para saber que seréis felices siempre. Ella como tú,
anhela tener hijos y solo piensa en ti. Su mundo eres tú y lo que os
proporcionéis el uno al otro.
Acertamos aquella tarde cuando me dijiste: tú sabrás
pero la vida no es así. -Puede, pero es como yo la entiendo y debo ser leal a
mi forma de ser.
“Yo soy rebelde
porque el mundo me ha hecho así
porque nadie me ha tratado con amor
porque nadie me ha querido nunca oír
yo soy rebelde
porque siempre sin razón
me negaron todo aquello que pedí
y me dieron solamente incomprensión
Y quisiera ser como el niño aquel
como el hombre aquel que es feliz
y quisiera dar lo que hay en mi
todo a cambio de una amistad
y soñar, y vivir
y olvidar el rencor
y cantar, y reír
y sentir solo amor
Yo soy rebelde
porque el mundo me ha hecho así
porque nadie me ha tratado con amor
porque nadie me ha querido nunca oír
Y quisiera ser como el niño aquel
como el hombre aquel que es feliz
y quisiera dar lo que hay en mi
todo a cambio de una amistad
y soñar, y vivir
y olvidar el rencor
y cantar, y reír
y sentir solo amor”.
Santi, tal vez sea pretencioso por mi parte
explicarte que significa AMOR. Si quieres podemos charlar algún día sobre ello
en alguna cafetería. Un beso de tu amiga Mirinda.
2. Mi
profe de Física
Me dice que esta no la entiende. Yo creo que no la
en“Lenteja” es menudo. Sus gafas le dan aire de bobo. Pero además los chicos de
clase le toman el pelo. A pesar de todos sus esfuerzos por gustarnos, repele.
No obstante, un día dijo algo que nunca olvidaré: Ley de atracción universal.
Debió confundirse porque en el libro ponía: Ley de gravitación universal.
“Lenteja” es hermano del de mate. Tal para cual.
Gorín le llaman mis amigos. A veces nos cuenta su vida. Lo odio. Dice que
la felicidad hay que buscarla. Me roba
las ideas y le odio. Perseguirla, trabajársela. Dice que él la encontró al
adoptar un niño con síndrome de Down.
Conseguir la adopción le llevó cuatro años. Tiempos
duros para él y su mujer.
En su casa no sobra el dinero. Y se nota. Un día me
envió con un recado para su esposa: muebles atestados, y rincones optimizados.
Mario enseña física y Leandro matemáticas en el IES de Boiro.
“Lenteja” desvaría, dice Pablo. Y yo ni le escucho.
Ayer explicando la ley de Newton va el tío y nos dice. Dejemos A Isaac y
hablemos del pensamiento. Cuando empecéis a practicar con el pensamiento
ilimitado, veréis que algunos de vuestros pensamientos anteriores siguen creando
tu realidad. Aún podréis encontrar los resultados de tu viejo pensamiento
limitado mientras emites los nuevos, ilimitados.
No os desaniméis si vuestros esfuerzos no surten
efecto de la noche a la mañana. Vuestras pautas de pensamiento desaparecerán
gradualmente, y experimentaréis los resultados de vuestra nueva forma de
pensar. Se aprende a manifestar de modo lineal y secuencial. Piensas lo que
deseas muchas veces y puedes llegar a decir:
“No, esto no es lo que realmente quería” o “Creo que, la próxima vez,
pediré otra cosa”. Podéis aclarar vuestras ideas antes de que se manifiesten.
Quizá algunas cosas tardan más tiempo en manifestarse de lo que desearíais, la
mayoría de vosotros seríais infelices si la manifestación de las cosas deseadas
fuera instantánea. Dejad transcurrir un tiempo de maduración y claridad.
“Lenteja” lo llama un sistema de pensamiento para
alcanzar los deseos o prosperidad universal. Además añade que la atracción
universal entronca con nuestro pensamiento positivo o capacidad de amar a todas
las cosas. Es muy raro. Pero asegura que los astros se atraen entre ellos
porque están enamorados.
“Hoy decido vivir, vibrando cada instante ante la
emoción de percibir la maravilla de la
creación que me rodea. Hoy decido comprender
que cada minuto que pasa no volverá”. Le odio y me fascina. Cuanto más
se burlan de él más me excita su explicación. He decidido decirle que me lo
expliqué en los vestuarios.
Debo
atraparlo intensamente. “Debéis atraparlo intensamente, porque forma
parte del tiempo que sabemos que ha quedado en el ayer”.
Decido gozar, qué él goce de mí. “Decidid vivir,
sabiendo dar lo mejor de vosotros, vibrando en la bondad. Llevad a su máxima
expresión vuestra capacidad de ser.
Decidid gozar de los momentos bellos y
desafiaros ante las adversidades”. Ya no aguanto más, le digo que me acompañe
que estoy enferma.
Quiere llevarme a conserjería, pero le digo que solo
necesito devolver la comida, que tengo el estómago revuelto. Me acompaña a
servicio. Por el camino alargo mi mano y toco su pernera. Él sonríe. Me temo
que le ha gustado. Confirmado.
Nada más llegar al servicio nos adentramos en un
retrete y cierra el pestillo. Me besa. Me toca. Mi sexo húmedo reclama sus
dedos, su lengua. Lo hace. Estalló.
Su pene erecto y rosado penetra en mi boca. Al poco,
un chorro caliente de esperma inunda mi
garganta. Me dice, espera diez minutos y vuelve. Sabe mucho de estas cosas. No
debe ser la primera vez.
Cuando entro en clase, el tío me dice: “Debes tomar
la decisión aprender cada día, evolucionar
y cambiar. Para ser mejor que ayer”.
Ante tamañas explicaciones, no lo dudo. Acabo de decidir amar intensamente a
través de una caricia, escuchar en silencio la palabra del ser amado un ser que
justifica su existir. Perdonaré sin replica una ofensa, aspiraré la presencia
del otro y besaré con pasión a quien amo.
Me sale como si fueran los Diez Mandamientos:
Alcanzaré mis deseos con pasión. Sentiré que mi
existir no es en vano
para manifestar la grandeza de mi alma para amar. Viviré mis sueños,
vibraré, gozaré, observaré, superaré. Al vivir he decido dar, aceptar
y comprender que mi tiempo es lo único que poseo para realizar
plenamente mi ser.
Parece que “lenteja” no volverá mañana. Alguien se
ha chivado y le han montado una de aúpa. Creo que le ha dejado su mujer y se ha
trasladado fuera del país. Solo me queda esa cancioncilla de Perales:
Ayer se fue, tomó sus cosas y se puso a navegar, una
camisa, un pantalón vaquero, y una canción. Dónde irá, dónde irá. Ni Se
despidió, y decidió batirse en duelo con el mar, y recorrer el mundo en su
velero, y navegar, nai na na, navegar. Y se marchó, y a su barco le llamó
Libertad, y en el cielo descubrió gaviotas, y pintó, estelas en el mar.
Es posible que nunca le vuelva a ver, pero “Lenteja”
me acompañará siempre. Sus explicaciones. Lo del retrete lo olvidaré pronto,
seguro que Pablo besa mejor que mi profe. Seguro que a mí me sabrán mejor sus
besos. Estoy enamorada de él.
A veces me pongo a pensar que no existe en el mundo
una persona como Pablo. Cuando le conocí despertó un sentimiento hermoso.
Cosquillas en la tripa e inapetencia de comida.
Ese sentimiento tan hermoso, tan especial, tan maravilloso debe ser “el
amor”, hasta ahora solo él me lo ha hecho sentir…
Es un sentimiento tan profundo que cada vez que le
veo siento esa alegría, esa felicidad, esa energía que me dice que es lo que
siempre soñé, que me hace vibrar de felicidad, me hace sentir lo hermosa que
puede ser la vida solamente estando a su lado.
Qué lindo es sentir su cariño, mirarle a los ojos,
verle esa pasión, es muy difícil
explicar con palabras lo inmenso y profundo que es mi amor por Pablo. No
puedo pensar una vida sin él. Alejada de sus labios, de su piel. Es mi
inspiración, mi verdadero y único amor, es lo mejor que me ha pasado en la
vida, es lo más importante para mi hoy,
mañana ya se verá.
Mañana? Sabéis lo que me ocurrió al volver a casa?
Pues que Antuan, el chico francés del Mercadona me esperaba en el portal. Hasta
mamá se había fijado en él. Siempre me decía: este chico es lo más bonito que
he visto en mi vida. Y tanto, le contestaba yo.
Antuan debía sospechar algo porque en cuanto me vio
me dijo. También a mí me gustas mucho. Y Pablo desapareció de mi vida para
siempre.
En una noche tan despejada, las estrellas brillaban
en el cielo, y Antuan admiraba su esplendor sentado en el último escalón de
acceso a mi portal. Había terminado su turno de mañana. Ese chico rubio de
cristalinos ojos azules llegó directamente a mi corazón. Con una sola palabra y
esa mirada de pillo me acurrucó contra la pared y me besó.
Un débil susurro, me sobresaltó. Te quiero. El rubio
estaba seguro de su belleza. No tuvo que insistir. Vente a mi casa. Era cuarto
amplio, y muy cálido; tenía cama de madera cubierta con edredón
estampado de flores
En la pared del cuarto, frente a la cama, un
crucifijo. En la pared de enfrente, la
virgen y el niño dios; a la izquierda un secreter ordenado. A la derecha, una
enorme ventana, y en la puerta perchas de las que cuelgan varias prendas de
vestir.
Frente a la cama, el televisor, sobre una mesa muy
grande, donde también hay un florero de rosas de plástico; el ordenador, en el
secreter. El suelo es de cerámica color madera, y en la ventana unas cortinas
de ganchillo. El lugar era lo de menos. Mi sexo, húmedo y anhelante, le pidió
rapidez de movimientos. Él enseguida respondió. Exhaustos y felices, comentamos
la situación.
-No deberías preocuparte por esto Mirinda. Tendré
máxima discreción. Aún no la había
soltado por lo que pasó la vista hacia sus manos, el muchacho lo recordó de
pronto y finalmente la soltó apenado y mirando hacia el piso. Mirinda pudo ver
bajo la luz de la vela encendida el rostro del chico. Era tan tierno...
-Siempre podrás contar conmigo Antuan...
Sin decir nada más, me vestí dispuesta a marcharse
de allí. De pronto, Antuan me detuvo, me tomo la mano y me tumbó de nuevo. Sin
sorpresa, y más que excitada volví a ser mujer
.
-Te amo, Antuan... –Ya se te pasará
Aquellas palabras, su sonrisa y los Diez
Mandamientos confirmaron las palabras de “Lenteja”: aprender cada día . Un
dulce segundo que pareció toda una eternidad.
Ese pensamiento me acompañaría siempre.
La ley de la Gravitación Universal es una ley física
clásica que describe la interacción gravitatoria entre distintos cuerpos con masa.
Ésta fue presentada por Isaac Newton en su libro Philosophiae Naturalis
Principia Mathematica, publicado en 1687, donde establece por primera vez una
relación cuantitativa (deducida empíricamente de la observación) de la fuerza
con que se atraen dos objetos con masa. Así, Newton dedujo que la fuerza con
que se atraen dos cuerpos de diferente masa únicamente depende del valor de sus
masas y de la distancia que los separa. También se observa que dicha fuerza
actúa de tal forma que es como si toda la masa de cada uno de los cuerpos
estuviese concentrada únicamente en su centro, es decir, es como si dichos
objetos fuesen únicamente un punto, lo cual permite reducir enormemente la
complejidad de las interacciones entre cuerpos complejos.
Así, con todo esto resulta que la ""ley de
la Gravitación Universal"" predice que la fuerza ejercida entre dos
cuerpos de masas.
Físicamente entre dos cuerpos humanos podemos
interpretar como “atracción”. Antuan, Pablo y “Lenteja” habían ejercido una fuerza tal sobre mi sexo
que, al igual que cualquier astro celeste, me sentí flotando en el universo.
Toda mi masa corporal estaba concentrada en mi centro sexual, mi clítoris. Todo
la maestría de aquellos amigos, también. No había nada de complejo, todo era
tan sencillo como un bobo.
Aquella noche, mis padres estuvieron especialmente
amables conmigo. Vieron, tal vez, mi felicidad y decidieron hacerla suya. Mi
padre es un hombre simpático, tiene un mal genio cuando se enfada. A buenas es
muy majo, como todos los padres, supongo. Su aspecto agradable y su ancha
espalda transmiten confianza. Me gusta ir con él al cine, jugamos a tenis y
montamos en bici, a veces voy con él a pescar.
Mamá es mi personaje favorito, tiene 48 años, trabaja de enfermera en el
mismo hospital que papá. Es una persona luchadora, respetuosa, solidaria,
sociable, etc. Le gusta el arte de las manualidades y practica baloncesto.
Trata de darme y enseñarme lo mejor. Se esmera preparando deliciosos
alimentos. He compartido con ella
momentos inolvidables.
Mi hermano nació en 1970, tiene ahora 10 años. Es
alto, delgado, moreno y guapo. Su pelo
es liso y negro, lo suele llevar de punta. Sus ojos son marrones, su nariz es
chata, sus labios carnosos y su cara redonda. Mamá le pone vaqueros porque dice
que son muy resistentes para un chaval que está todo el día tirándose al suelo.
Nunca para quieto, siempre nos estamos peleando aunque nos queremos mucho.
Mi hermana es guapilla. Es morena, tiene los ojos marrones, y su
colores preferidos son el negro y el rosa. Está algo rellenita y es un poco
pegona. Le gustan los espejos y está todo el día peinando a sus muñecas.
Todavía no va al Instituto, pero es buena estudiante.
Nunca se me ocurriría contarles mis aventuras
sexuales. Pero Javi intuía que me gustaba Pablo y siempre me hacía enfadar. Un
día me pregunto: ¿te besas con tu novio? Y como no tengo secretos para mis
hermanitos les conté lo que me hacía Pablo y Antuan. No me atreví a contarles
lo de “Lenteja”, pero ellos ya lo sabían por el escándalo que se preparó.
Mónica no entendía nada. A los 8 años esas cosas son
de mayores y preocupan poco. Javi tenía inquietudes porque una niña mayor que
él le había tocado una vez los genitales. Y me preguntaba si yo también les
hacía eso a los chicos. Claro, Javi, eso no solo sirve para mear.
Javi descubrió en solo día que el pito de los chicos
era mágico y polivalente. Me hacía volar y él podría, en un futuro, hacer magia
también. Mi hermano es un sol. Hasta me propuso “volar” juntos. Claro que yo no
hago nada sin Mónica. Así pues los tres estuvimos jugando a médicos al día
siguiente. Yo era la enferma, Javi me tomaba la temperatura en las inglés y
Mónica miraba atónita con su disfraz de enfermera.
Y todo con mi canción de infancia favorita de fondo.
A Javi le gusta más Parchís. No la entiende nadie, con lo fácil de entender:
Que canten los niños, que alcen la voz, que hagan al
mundo escuchar;
que unan sus voces y lleguen al sol; en ellos está
la verdad.
que canten los niños que viven en paz y aquellos que
sufren dolor;
que canten por esos que no cantarán porque han
apagado su voz...
"yo canto para que me dejen vivir".
"yo canto para que sonría mamá".
"yo canto por que sea el cielo azul".
"y yo para que no me ensucien el mar".
"yo canto para los que no tienen pan".
"yo canto para que respeten la flor".
"yo canto porque el mundo sea feliz".
"yo canto para no escuchar el cañón".
"yo canto por que sea verde el jardín".
"y yo para que no me apaguen el sol".
"yo canto por el que no sabe escribir".
"y yo por el que escribe versos de amor".
"yo canto para que se escuche mi voz".
"y yo para ver si les hago pensar".
"yo canto porque quiero un mundo feliz".
"y yo por si alguien me quiere
escuchar".
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