martes, 30 de abril de 2013
jueves, 25 de abril de 2013
Avanzar, también en "política profesional"
“…Su estructura interna y
funcionamiento deberán ser democráticos”. (Art. 6 CE) “Ningún sistema
democrático contemporáneo puede funcionar sin partidos políticos” (Francisco
José de Andrea Sánchez). ¿Debemos
cimentar los pilares de nuestra democracia según CE? o ¿nuestra democracia está
mejor así, asentada en cargos electos "profesionales y eternos"?
¿Cómo son seleccionados los
candidatos o personas ocupantes de las listas electorales (potenciales cargos
públicos electivos)? Oímos hablar de primarias así como elecciones de
compromisarios. Pero son muchas las voces que lo consideran insuficiente.
El político catalán ha declarado
que nuestra democracia "es controlada por organismos no
democráticos", refiriéndose a los partidos políticos. Según Alex
Vidal-Cuadras “uno de los principales defectos de nuestro sistema democrático
es el funcionamiento interno de los partidos políticos…”
El sistema político español
"ha llegado al final de su recorrido, está colapsado", motivo por el
cual piden una reconversión del Estado para hacerlo "viable y
eficiente".
La "imperfecta democracia" comienza en uno mismo
La política de un niño por pareja o política de hijo único (sea impuesta u opción libre), tirar desechos en la vía pública, elegir una emisora de radio o cadena de televisión… cualquier hábito o estilo de vida y consumo individual es una acción política (rama de la moral que plantea la convivencia colectiva como un quehacer ordenado al bien común).
Hacemos política individual desde que nos levantamos incluso cuando
dormimos en nuestra vivienda hipotecada de 60 o 200 metros cuadrados. Otra cosa
es la “profesional”, la “imperfecta
democracia” de elegir una papeleta (que no una persona) para que tome
decisiones políticas en nuestro nombre.
Jean-Jacques Rousseau (Contrato Social), Kant (en la toma de decisiones), John Rawls (velo de ignorancia sobre la
posición ideal del ciudadano en la actividad pública) o Jürgen Habermas (condiciones ideales de diálogo) investigan, desde
el “contractualismo” contemporáneo los procesos de toma de decisiones para la
convivencia.
En el contrato social, los seres humanos tal vez no deben sólo
acordar con el Estado los derechos (incluso las obligaciones): mayor número de
derechos implica mayores obligaciones; además deberían concienciarse de
“asumirlos” en persona. No nos vale, como dice un amigo, la política para los
políticos (nos adentramos en un proceso cuyo final se observa, estos días con
crudeza). El mayor analfabeto es el analfabeto político” Eugen Berthold Bertolt Friedrich Brecht.
miércoles, 24 de abril de 2013
Soy impío
El pensamiento humano es tan contradictorio como enrevesado. Demostrar la existencia de Dios es tan imposible para el ateo como para el creyente (más allá de la fe de ambos).
En Roma o
Grecia clásicas, Zeus o Júpiter tampoco podían convocar todas las nubes y
provocar lluvia. Tezcatlipoca, Inti, Shangdi, Shiva, Isis u Osiris
consiguieron, fundamentalmente, aliviar la insignificancia del ser humano.
Parece claro
que las religiones se apoyan en su “dios”, de igual forma que “yo” me apoyo
apasionadamente en la lectura o el deporte. Pero, en mi lectura “yo” mismo
interpreto. En mi deporte, “yo” mismo me canso.
La aparición
de los “intermediarios” con dios originó un irremediable “negocio”.
El cristal...
Todo depende. De ti, de mí, del
amor, del dinero… Sí, una planta, un animal, una mónera, un hongo, el cosmos (desde
la ciencia humana) depende de su densidad.
Cuando un hijo o un pueblo nos
dice que quiere ser independiente, tal vez quiera decir: “quiero ser
independiente de ti”, aunque desconozca que pasará inmediatamente a depender de
su “soledad”, de otra persona, de otras circunstancias…
En cierta ocasión, un sabio pregunto
su alumno: ¿cuál es la mejor respuesta a cualquier pregunta? DEPENDE… eso te
permitirá, entre otros beneficios, disponer de tiempo para la reflexión. Si no
dispones de más argumentos, esa misma palabra obrará de respuesta cualificada
ante tu interlocutor.
Tal y como dice la ilustre canción:
“…de según cómo se mire todo depende”
martes, 23 de abril de 2013
Las múltiples caras de la misma moneda
La mezcla de sustancias puras nos puede llevar (creo que en
cualquier caso físico o síquico) a aleaciones, soluciones, suspensiones, y
coloides más o menos beneficiosos o perjudiciales. El ser humano es un ser sin
límites.
La sinceridad es la virtud humana que nos lleva a mostrarnos
como somos y decir nuestra verdad en toda ocasión sea bien o mal lo hecho. Esta
virtud ha sido mezclada, unas veces para bien y otras para lo contrario.
Sí, la solución hipócrita o mentira piadosa nos sirve, en
dosis adecuadas, para respetar a los demás (http://books.google.es/books?id=v3bs0kzAqD4C&printsec=frontcover&dq=la+sinceridad&hl=es&sa=X&ei=uwh1UevlEdDX7AbD34CQBA&ved=0CDQQ6AEwAA#v=onepage&q=la%20sinceridad&f=false)
El exceso “coloidal” (del griego kolas: «que puede pegarse») o aleaciones duras como el acero pueden
conducirnos a la religión, la corrupción, la estafa y tantos contubernios
insanos para la humanidad (http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/04/10/madrid/1365597014_841869.html).
jueves, 18 de abril de 2013
Hipocresía
Sin ánimo de apología, tanto solo de reflexión. Y criticándola enérgicamente como uno de los mayores defectos de la humanidad, la hipocresía entraña ciertos beneficios. La hipocresía es un homenaje que el vicio rinde a la virtud (*).
Para el lingüista y analista social Noam Chomsky, la
hipocresía, definida como la negativa a "...aplicar en nosotros mismos los
mismos valores que aplicamos en otros", es uno de los males centrales de
nuestra sociedad, que promueve injusticias como la guerra y las desigualdades
sociales en un marco de autoengaño, e incluye (en sí misma) la noción de necesaria o benéfica del comportamiento humano y la
sociedad.
En el campo de relaciones internacionales, estudiosos
como Krasner han sugerido que la soberanía, específicamente causada por la Paz
de Westfalia, reafirmó el principio cuius regio, eius religio, es decir, que la
fe del líder se convirtió en la denominación oficial de su estado. Stephen
Krasner (**) llama a esto un sistema de "hipocresía organizada",
(*)Máximas: reflexiones o sentencias y máximas morales; introducción, traducción y notas de Carlos Pujol. Barcelona: Planeta
(**) Profesor de relaciones internacionales de la Universidad de Stanford y es el ex Director de Planificación de Políticas del Departamento de Estado de Estados Unidos
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