La mezcla de sustancias puras nos puede llevar (creo que en
cualquier caso físico o síquico) a aleaciones, soluciones, suspensiones, y
coloides más o menos beneficiosos o perjudiciales. El ser humano es un ser sin
límites.
La sinceridad es la virtud humana que nos lleva a mostrarnos
como somos y decir nuestra verdad en toda ocasión sea bien o mal lo hecho. Esta
virtud ha sido mezclada, unas veces para bien y otras para lo contrario.
Sí, la solución hipócrita o mentira piadosa nos sirve, en
dosis adecuadas, para respetar a los demás (http://books.google.es/books?id=v3bs0kzAqD4C&printsec=frontcover&dq=la+sinceridad&hl=es&sa=X&ei=uwh1UevlEdDX7AbD34CQBA&ved=0CDQQ6AEwAA#v=onepage&q=la%20sinceridad&f=false)
El exceso “coloidal” (del griego kolas: «que puede pegarse») o aleaciones duras como el acero pueden
conducirnos a la religión, la corrupción, la estafa y tantos contubernios
insanos para la humanidad (http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/04/10/madrid/1365597014_841869.html).
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