El pensamiento humano es tan contradictorio como enrevesado. Demostrar la existencia de Dios es tan imposible para el ateo como para el creyente (más allá de la fe de ambos).
En Roma o
Grecia clásicas, Zeus o Júpiter tampoco podían convocar todas las nubes y
provocar lluvia. Tezcatlipoca, Inti, Shangdi, Shiva, Isis u Osiris
consiguieron, fundamentalmente, aliviar la insignificancia del ser humano.
Parece claro
que las religiones se apoyan en su “dios”, de igual forma que “yo” me apoyo
apasionadamente en la lectura o el deporte. Pero, en mi lectura “yo” mismo
interpreto. En mi deporte, “yo” mismo me canso.
La aparición
de los “intermediarios” con dios originó un irremediable “negocio”.
esa es tu vida? la lectura...el deporte? y ya està?... lo siento
ResponderEliminarAgradezco tu comentario. Escueto pero muy significativo... Tal vez como el resumen de mi vida (en la que solo caben realidades y lamento profundamente las "fantasías"que inculcan"). Un saludo.
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