Sin ánimo de apología, tanto solo de reflexión. Y criticándola enérgicamente como uno de los mayores defectos de la humanidad, la hipocresía entraña ciertos beneficios. La hipocresía es un homenaje que el vicio rinde a la virtud (*).
Para el lingüista y analista social Noam Chomsky, la
hipocresía, definida como la negativa a "...aplicar en nosotros mismos los
mismos valores que aplicamos en otros", es uno de los males centrales de
nuestra sociedad, que promueve injusticias como la guerra y las desigualdades
sociales en un marco de autoengaño, e incluye (en sí misma) la noción de necesaria o benéfica del comportamiento humano y la
sociedad.
En el campo de relaciones internacionales, estudiosos
como Krasner han sugerido que la soberanía, específicamente causada por la Paz
de Westfalia, reafirmó el principio cuius regio, eius religio, es decir, que la
fe del líder se convirtió en la denominación oficial de su estado. Stephen
Krasner (**) llama a esto un sistema de "hipocresía organizada",
(*)Máximas: reflexiones o sentencias y máximas morales; introducción, traducción y notas de Carlos Pujol. Barcelona: Planeta
(**) Profesor de relaciones internacionales de la Universidad de Stanford y es el ex Director de Planificación de Políticas del Departamento de Estado de Estados Unidos
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