domingo, 23 de junio de 2013

Opac@


Una persona “opaca” no permite pasar “luz” en proporción apreciable. Otra es traslúcida cuando deja pasar la luz, pero de manera que las formas se hacen irreconocibles. Por último, e infrecuente en nuestra sociedad,  el/la transparente deja pasar fácilmente la “luz”.

¿Puede una relación considerarse íntima cuando estamos compartiendo casa, cama, pijama, lavabo o vaso?  O tal vez sea más difícil compartir los afectos, de los sentimientos, o  la esencia de cada uno. Al convivir con una persona, nos guste o no, de manera consciente o inconsciente, nos hacemos más transparentes y son pocas las cosas que se le pueden escapar a la pareja que está compartiendo esa parcela de nuestra vida, a poco de atención que ponga.

Pensamos que sí nos lo estamos diciendo todo, o que si hubiese algo que comentar esto se haría sin ningún problema. En la realidad cotidiana de muchas parejas existe falta de comunicación. No es que nuestra pareja no hable sino que no comunica lo que siente, quiere o necesita.  Es más fácil  reprochar, exigir, malinterpretar o imponer. Nos enfadamos porque el otro no adivino nuestros pensamiento, y ést@ porque no tiene ni idea de qué le están echando en cara.

 ¿Qué entendemos por una persona transparente? Alguien diáfano  no filtra o da rodeos entre sus actos y sus pensamientos. La gente clara manifiesta su intención sin esconder nada. Auténtico y sincero son dos conceptos distintos. Autenticidad está unida a honradez y a  lealtad. Sinceridad implica veracidad, sencillez o libertad en el modo de expresarse.

La franqueza se aplica al reconocimiento de uno mismo o al trato con los demás, antónimo de doblez o hipocresía.
 

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