domingo, 16 de junio de 2013

Soy pura "fachada"


Tanto el infierno como el paraíso pueden
estar en cualquier habitación. Detrás de
cualquier puerta. Debajo de cualquier

sábana conyugal.

AMOS OZ, Una historia de amor y oscuridad.

En las sociedades modernas asignamos poco valor a todo aquello que no es productivo. Al parecer los únicos intereses que nos mueven son nuestros problemas, nuestro confort, los problemas de los demás nos dan exactamente igual.

Nuestra sociedad actual es pura fachada, predomina la mentira, la adulación barata, las medias verdades, el engaño, la ley del más fuerte. Nos hemos hecho esclavos del consumismo. Confundimos calidad de vida con cantidad de bienes materiales. Anteponemos lo material a las personas.

Un ejemplo concluyente: los abuelos de hoy ocupan un papel primordial en las nuevas familias haciendo de canguros y ocupándose de sus nietos. Pero cuando los abuelos ya no son productivos y necesitan cuidados aparecen nuevamente las frases grandilicuentes, la filosofía barata, las escusas pobres, los argumentos cara a la galería que justifican nuestras acciones, la reclamación de derechos. Aparecen los intereses personales y el confort individual.

Menos claras pero muy sospechosas son el resto de relaciones interpersonales: hijos explotadores, mujeres interesadas, hombres esclavos del sexo, amigos de conveniencia. ¿Quién no ha pasado por alguna situación de manipulación o “chantaje” material de un hij@, una novi@, un amig@?

La búsqueda de la felicidad compartida, actualmente,  está muy limitada. Las amistades de toda la vida, las nuevas y las por venir suelen ser pura fachada. Por eso, creo que, la soledad reinante o la ruptura de relaciones se justifican. No porque somos seres imperfectos y cometemos errores (siempre lo fuimos). Más bien porque la “globalización” material y de necesidades han cambiado nuestra actitud frente a los demás.
 

 

 

 

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