El proceso de transmisión de
valores y costumbres; de vinculación y concienciación cultural, moral y
conductual; o de socialización informal son las partes más importantes de lo
que llamamos educación. En preescolar, educación primaria y secundaria o
universidad; la formación de individuos está en manos de profesionales que,
además, intentan enseñar conocimientos distintos (leer a Cervantes o escribir
una redacción).
Una buena educación no depende de
un buen profesor, únicamente. Sin una buena sociedad es imposible un buen proceso
de socialización. Cuando un niño crece en un barrio con muchos parques o juega
en la calle, sin preocuparse de los dibujos animados, además de diversión ayuda
a su mente y constitución física.
Unos padres cansados o
descuidados, ambos en los círculos viciosos de la misma sociedad reproductora
de falsas creencias, malos hábitos o peores actitudes, propiciarán desilusión
en el “hambre” de socialización de su hijo. “La educación es un intento de
estimular a un sujeto para que vaya perfeccionando su capacidad de hacer
efectiva su libertad personal y respetando la de los demás. Y participar así,
con sus características personales, en la vida comunitaria” Profesor García Hoz
A veces, las sociedades equivocan
su camino de socialización. “El conjunto de normas y acciones intencionadas y
tendentes a que los niños/adolescentes/todos los individuos construyan de forma
autónoma y racional sus propios valores y normas, adoptando acciones coherentes
con los mismos y comportamientos adecuados: ¿es igual en Finlandia, China o
España? La respuesta clarifica.
Filosofía moral, educación e historia. León Olivé y Luis Villoro.
Facultad de Filosofía y Letras, Instituto de Investigaciones Sociológicas,
Universidad nacional Autónoma de México, 1996.
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