Hay que excluir a los “grandes patriotas” que guardan parte de la riqueza
fuera del país; los que la amasaron en “extrañas
operaciones”; incluso los que, aún en la legalidad, olvidan quién les ayudo a
obtenerla. No podemos culpar, en serio lo digo, a esas facturas sin IVA, esos alquileres
bajo cuerda, negocios en la sombra o los empleos ocultos porque en situaciones
límite solo hay desesperación.
Desgraciadamente para nosotros, la
actitud del norte de Europa con la crisis es lógica: ponte en su lugar. Además;
el problema es nuestro; nuestro debe ser el esfuerzo como nuestra, de todos,
fue la alegría de décadas pasadas.
Debemos incluir lo que ya se ha hecho, obligados o no, para salir a flote.
¿Pacto nacional? O ¿Ideas consensuadas? Los 30.000 millones de la línea de
crédito de 100.000 millones que el MEDE (fondo de rescate de la eurozona) puso
a disposición de España para salvar a la banca y que pagaremos TODOS A ESCOTE
podría ser una vía (propuesta socialista).
20.000 millones para la
financiación de empresas a las que no les llega el crédito y sobreviven a duras
pena. Esto exige pacto: Estado (es decir, todos), empresas y trabajadores deben
transigir en tiempos difíciles con su alícuota parte de sacrificio.
El Estado (es decir, todos) bonificaremos
a las empresas que no despidan trabajadores, éstos se verán obligados a reducir
sueldo y jornada. Por último, el Estado (es decir, todos) facilitará plazos más
largos y quitas en hipotecas en riesgo de pago. ¿Seremos capaces? En el fondo
estamos casi todos menos los “excluidos”. No creo que venga nadie a salvarnos.
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