lunes, 13 de mayo de 2013

Los límites del sexo





El deseo sexual desordenado e incontrolable se puede expresar a través de la masturbación, la producción y consumo de pornografía, la prostitución, el adulterio, el incesto, la violación, la pedofilia o las diversas parafilias. Son expresiones muy fuertes socialmente y debilidades frecuentes individualmente. El deseo patológico no solo nos esclaviza, también puede esclavizar.

Los sicólogos definen el comportamiento sexual compulsivo como una disfunción en una persona que no puede resistirse a hacer algo que dañe a sí mismo o a otras personas. Es un comportamiento bastante normal que genera placer y que es llevado al extremo.

¿Qué diferencia existe entre él/ella que tiene múltiples parejas sexuales, él que utiliza la visión pornográfica o los teléfonos eróticos o se  masturba excesivamente; y  el sexo con parejas anónimas o prostitutas, parejas extramaritales sexuales o el sexo sádico o masoquista; ¿Los primeros “pecan” solos y a los segundos “se les ve el plumero”? Pero, en ambos casos usan el sexo para escapar de otros problemas como la soledad, la depresión, la ansiedad o el estrés.

En Japón, siglo XVII, un escritor (hombre) siente la necesidad de señalar públicamente la hipocresía de sus congéneres, de una sociedad que le zarandea la conciencia. Algunos de sus coetáneos no valoran su literatura. Él presiente que las mujeres son algo más que una vagina.

Unos viajeros llegan a una ermita donde se refugia la que fuera una de las prostitutas más famosas de su tiempo. Ellos quieren conocer los secretos del amor, pero ella sólo conoce las mentiras de la carne.

 
 
 
“Todas las mujeres somos putas” by Lydia Aquino. “Unas son más astutas que otras, unas consiguen más que otras, unas se lo disfrutan más que otras, pero todas, en fin, somos putas”. ¿Es esto una reflexión intelectual o la clara expresión de la influencia del machismo hasta la médula de la propia mujer?

Si los hombres vemos  tan normal “ir de putas”.  ¿Por qué controlamos la sexualidad de nuestras mujeres o hermanas? Si una mujer es considerada ramera. ¿Por qué, en las parecidas circunstancias, un hombre es un “ligón” o su presencia en clubes de alterne es una “romería”?

Se pueden considerar a las variaciones sexuales aceptables cuando no son nocivas para los participantes, se hace con el consentimiento de sus integrantes y fuera del alcance visual y auditivo de observadores casuales. Sólo podremos catalogar como parafilia a aquellas prácticas patológicas, es decir, que el individuo padezca dependencia hacia un comportamiento sexual determinado.

Sexualidad humana. Una aproximación integral. Camil Castelo-Branco. Editorial Médica Panamericana. Buenos Aires, 2005
Vida de  una mujer amorosa. Ihara Saikaku. Éditions Gallimard. 2013
http://lasaludfamiliar.com/contenido/articulos-de-salud-370.htm


 

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