El deseo sexual desordenado e
incontrolable se puede expresar a través de la masturbación, la producción y
consumo de pornografía, la prostitución, el adulterio, el incesto, la violación,
la pedofilia o las diversas parafilias. Son expresiones muy fuertes socialmente y
debilidades frecuentes individualmente. El deseo patológico no solo nos
esclaviza, también puede esclavizar.
Los sicólogos definen el comportamiento
sexual compulsivo como una disfunción en una persona que no puede resistirse a
hacer algo que dañe a sí mismo o a otras personas. Es un comportamiento bastante
normal que genera placer y que es llevado al extremo.
¿Qué diferencia existe entre
él/ella que tiene múltiples parejas sexuales, él que utiliza la visión pornográfica
o los teléfonos eróticos o se masturba
excesivamente; y el sexo con parejas
anónimas o prostitutas, parejas extramaritales sexuales o el sexo sádico o
masoquista; ¿Los primeros “pecan” solos y a los segundos “se les ve el plumero”?
Pero, en ambos casos usan el sexo para escapar de otros problemas como la
soledad, la depresión, la ansiedad o el estrés.
En Japón, siglo XVII, un escritor (hombre) siente la necesidad de
señalar públicamente la hipocresía de sus congéneres, de una sociedad que le
zarandea la conciencia. Algunos de sus coetáneos no valoran su literatura. Él presiente que las mujeres son algo más que una vagina.
Unos viajeros llegan a una ermita donde se refugia la que fuera una de
las prostitutas más famosas de su tiempo. Ellos quieren conocer los secretos
del amor, pero ella sólo conoce las mentiras de la carne.
“Todas las mujeres somos putas”
by Lydia Aquino. “Unas son más astutas que otras, unas consiguen más que otras,
unas se lo disfrutan más que otras, pero todas, en fin, somos putas”. ¿Es esto
una reflexión intelectual o la clara expresión de la influencia del machismo
hasta la médula de la propia mujer?
Si los hombres vemos tan normal “ir de putas”. ¿Por qué controlamos la sexualidad de nuestras
mujeres o hermanas? Si una mujer es considerada ramera. ¿Por qué, en las
parecidas circunstancias, un hombre es un “ligón” o su presencia en clubes de
alterne es una “romería”?
Se pueden considerar a las
variaciones sexuales aceptables cuando no son nocivas para los participantes,
se hace con el consentimiento de sus integrantes y fuera del alcance visual y
auditivo de observadores casuales. Sólo podremos catalogar como
parafilia a aquellas prácticas patológicas, es decir, que el individuo padezca
dependencia hacia un comportamiento sexual determinado.
Sexualidad humana. Una aproximación integral. Camil Castelo-Branco.
Editorial Médica Panamericana. Buenos Aires, 2005
Vida de una mujer amorosa. Ihara
Saikaku. Éditions Gallimard. 2013
http://lasaludfamiliar.com/contenido/articulos-de-salud-370.htm
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